Dilema entre mujer exitosa y mujer fracasada

La diferencia entre una mujer fracasada y una mujer exitosa radica en la capacidad que tiene la segunda en sostenerse a sí misma ante circunstancias adversas. Los únicos seres humanos que necesitan depender de otro para vivir son los discapacitados -algunos, porque otros se hacen cargo de ellos mismos-, los niños -hasta determinada edad-, y los inútiles. Ser mujer no tiene relación alguna con ninguno de los tres conceptos ya mencionados. Es decir, no necesita depender de nadie. Un socialista gritaría que una mujer tiene derecho a decidir qué hacer en su vida; y tiene toda la razón. Sólo asegúrense de que esa decisión no la convierta en una carga para el Estado.
AMA DE CASA
Iniciamos con aquel grupo de mujeres que decide dedicar su vida a ser ama de casa. Una madre dedicada sólo a sus hijos y a su amado esposo o conviviente en un hogar sostenido por este último. Excelente. ¿Quién soy yo para decir que eso está mal? Nadie. ¿Quién te asegura que eso durará para siempre? ¿Dónde está escrito que vivirán felices por siempre? Eso no existe. Es allí cuando las decisiones fallan. Dedicaste tu vida a los que amabas, pero no te dedicaste también a valerte por ti misma. No puedes quedar fuera de la producción social. El día que tu castillo de sueños se derrumbe, tienes que ser capaz de sostenerte sola. A eso le llamamos preparación.
Adelante. Vive tu vida dedicada a tu familia, pero no dejes de prepararte para una eventual adversidad. De lo contrario, terminarás siendo un problema y carga para el Estado; y no tienes derecho a ser una carga para la sociedad.
LA “BENDICIÓN” HECHA MALDICIÓN
El socialismo intenta hacer creer a la mujer que puede hacer lo que quiera con su vida y su cuerpo. Eso las llevará a la ruina. Pretenden hacernos creer que una mujer puede decidir si desea ser madre a cualquier edad mental. Una mujer no puede ni debe ser madre antes de los 25 años, porque no está mentalmente preparada para serlo; no está en forma económica y profesional para hacerse cargo de otro ser humano sin convertirse en una carga para otros. Incluso, las mujeres menores de 27 no están preparadas en lo mental, económico y social para hacerse cargo de otro ser humano.
Aquí no importa “mi cuerpo, mis reglas”; esas son estupideces. Toma la decisión que quieras, pero no te conviertas en una carga para el Estado y el gasto social, porque ese niño de madre irresponsable y limitada ingresa a la estadística de pobreza. Y los pobres, en manos de los socialistas dueños de esta fracasada forma de pensar, se pagan con impuestos de otros.
LA “EMPODERADA”
Las mujeres que tomamos la decisión de hacernos cargo de nuestras propias vidas desde el principio, pasamos por el proceso de entender que la vida es cruel con las mujeres no preparadas. Decidimos seguir un camino largo, pero firme. Estudiamos, nos preparamos, trabajamos y utilizamos todo lo que la vida nos ha dado para triunfar. Sin embargo, mientras avanzamos en el camino de la independencia, perdemos nociones importantes de lo que significa ser mujer. Exigimos más, sí, y no está mal. Pero confundimos exigencia con autosuficiencia. Nos han hecho creer que la feminidad es sinónimo de debilidad. Se genera la estúpida frase: “no necesito un hombre”. Y cuando te encuentras sola en tu soledad, te ríes de ti misma, mientras miras al horizonte, mujer “empoderada”.

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