Devolución de aportes ONP
La devolución de aportes a los afiliados al Sistema Nacional de Pensiones (SNP) que objetivamente no tengan posibilidad de recibir algún beneficio previsional (pensión de jubilación ó de invalidez), fue una reflexión personal anterior a que se conociera la pandemia Covid-19 que agrede al mundo y que en el Perú está causando estragos sociales y económicos por el tardío y deficiente manejo de parte del gobierno.
Tuve ocasión de plantearla durante la campaña electoral para las elecciones de enero 2020, dado que Fuerza Popular tenía el tema de la reforma integral del sistema de pensiones peruano como parte del pilar de su propuesta social. Iniciada mi gestión congresal, plasmé mi punto de vista en el proyecto de ley N° 5030 presentado el 17 de abril último.
En un régimen contributivo obligatorio como lo es el SNP, administrado por la Oficina de Normalización Previsional (ONP), se aporta con el propósito de recibir un beneficio futuro. La contribución no es un impuesto que vaya a las arcas del Estado para solventar su funcionamiento y el logro de sus fines.
Los trabajadores dependientes, aparte de contribuir al SNP –o al Sistema Privado de Pensiones administrado por las AFP- podrían también estar pagando impuesto a la renta de 5ta. categoría si sus remuneraciones superan el monto inafecto. Por tanto, no hay que confundir contribución con impuesto.
Conforme a lo señalado, sin pandemia y más aún con ella, resulta imperativo acabar con la indebida retención o apropiación por parte del Estado de fondos que los trabajadores aportaron al SNP, en los casos en que ese beneficio no se recibirá.
No es válido tratar de justificar esa retención/apropiación en el hecho de que se trata de un sistema de reparto o solidario. Cabe preguntarse ¿reparto de qué?, ¿de pensiones insuficientes para todos, incluso para quienes aportaron sobre una remuneración asegurable significativa, además de pagar impuesto a la renta? ¿Solidario en cuanto a compartir carencias?
Menos aún vale como justificación alegar que el Estado carezca de recursos, cuando es evidente que quienes gobiernan los gastan en consultorías y publicidad innecesarias e improductivas y peor aún, en pura y dura corrupción.
La justa devolución no es fácil porque a diferencia del sistema privado, en el público no existe una cuenta individualizada y ella tiene que ser construida exprofesamente, tal como sucede cada vez que un aportante solicita la pensión a la que tuviera derecho.
Merece resaltar que el reclamo de devolución de aportes reafirma cuán acendrado está en los valores del peruano el concepto de propiedad privada.