¡Despertemos del letargo antes que sea tarde!
¿Vamos a dejar que siga engañándonos un ciudadano como Martín Vizcarra, jamás escogido por el pueblo; sin apego a la bancada que lo acogió; sin respeto por el cargo al violentar las reglas del Estado de Derecho, como confirma la grabación donde conversa con autoridades de Arequipa a quienes les pide levantarse contra el Estado si incumpliese “mi palabra! de anular el permiso de operación para la minera Tía María; sin obediencia a la Constitución; convertido en golpista porque pretende clausurar el Congreso y empernarse al poder como hizo Chávez en Venezuela? ¿Vamos a permitir que semejante personaje -por más presidente que sea- siga faltándole el respeto a los peruanos so pretexto que lidera una avanzada -dizque anticorrupción- que ha decidido cubanizar la Carta Magna peruana extorsionando al Parlamento y convocando a sucesivos referéndums, teledirigidos desde Palacio de Gobierno por un clan progre-marxista para monopolizar el Estado peruano por la vía de los hechos para liquidar la democracia, como ocurre en Venezuela?
¿Somos tan tontos los ciudadanos que vamos a allanarnos ante semejante quebrantamiento constitucional, perpetrado delante de nuestras narices por el vicepresidente de un expresidente envuelto en escándalos de corrupción -al punto que el mismo decidió renunciar- investido luego en presidente del Perú porque así lo dispuso un Congreso, al cual luego intenta disolver porque la mayoría de los representantes del pueblo que lo conforman es de oposición? ¿A semejante estado de necedad podemos llegar los peruanos, dos años antes de conmemorar el Bicentenario de la Independencia? ¿Qué ejemplo vamos a legarle a nuestra descendencia? ¿Dónde están nuestros valores, nuestras herencias, nuestros padecimientos durante tantos regímenes golpistas que nos han pauperizado y maltratado? ¿Dónde quedan nuestros derechos universales como ciudadanos de un país que brega por la democracia y que, precisamente, por esa democracia prometimos jamás dejar que vuelvan a ultrajarnos, como ahora pretende hacerlo este ciudadano Martín Vizcarra Cornejo, presidente accidental y circunstancial de nuestro país?
¿Es acaso esta la estirpe del peruano del tercer milenio, aquel que, se supone, tiene entre manos todos los instrumentos para hacer respetar sus derechos empezando por la protesta pública, la resistencia callejera, las redes sociales y la denuncia internacional? ¿Dónde están nuestro honor, nuestro amor propio, nuestro patriotismo y adonde nuestra aspiración como custodios de la libertad? ¿Tal es el odio y tanto el divisionismo que han sembrado Humala, PPK y Vizcarra entre los peruanos, que estamos dispuestos a claudicar en un momento tan grave como el actual permitiendo que una falsa mayoría -construida por un clan de medios de comunicación corruptos, vendidos al gobierno por la podredumbre del avisaje estatal, en connivencia con una mafia de encuestadoras que elaboran sondeos de opinión hechos a la medida de quien les paga- nos lleve de las narices con esta cantaleta disociadora de que todo aquel que se oponga al golpismo que lidera Vizcarra es fujimontesinista o fujiaprista?
¡Despertemos del letargo! No asistimos a una opereta, como piensan algunos. ¡Estamos viviendo un tiempo revolucionario con características golpistas, dictatoriales semejantes al que promovió Chávez en Venezuela!
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