Despelote

Esta semana nos hemos graduado de caóticos. Por un lado el congreso se le ocurre incluir al faisán en el listado de productos que serán exceptuados del IGV, Migraciones se hace “el vivo“ cobrando por un producto que no tiene, pasando por Corpac que “hace perro muerto“ a las peticiones de los controladores aéreos y el Ministerio de Trabajo que aprueba una huelga en una actividad que no se podía dar luz verde.

En el medio estamos todos. Esperando con santa paciencia por un DNI o pasaporte, se levanten las huelgas, se digne el MINSA en acelerar la vacunación en los niños mientras que no hay empleo, la inflación crece y Palacio de Gobierno no sabe qué hacer, empeorando con cada declaración la tensa calma que se siente en el país.

En el terreno económico, por ejemplo, hemos escuchado cero mea culpa, y se han trepado 100% en el factor externo diciendo que el mundo esta así y qué se va hacer. Pero no es válido, los gobiernos más proactivos buscan atenuar el golpe inflacionario, analizar qué pasará el tipo de cambio o busca reservas estratégicas, sobre todo si es consciente que su canasta familiar tiene un gran componente importado, tal como pasa en el Perú.

Hablando con Omar Azañedo, CEO de NonCash, aclaraba que los aplausos que recibe el dólar (por no elevarse) obligan a verlo en un cuadro mayor. “Un dólar de 3.7 soles sigue siendo un dólar de crisis“, sentencia. No le faltan razones, el valor pre pandemia era de 3.3 soles y por mucho tiempo siempre se estacionó en valores alrededor de 3 soles. Es decir, esos puntos no han retrocedido a pesar de que la economía se ha reabierto, los aforos han crecido y las materias primas son pedidas con ansias en el mundo. Gracias gobierno castillista.

¿Qué pasará con la guerra en Ucrania? El hecho de que las exportaciones rusas se cobrarán en rublos y ya no en dólares, enrarece el clima generando un efecto especulador en las divisas pero aún no tiene efectos reales, me aclara Azañedo. “El dólar representa el 60% de las transacciones mundiales“, subraya. Sin embargo, el conflicto sigue impulsando la percepción de un debilitamiento de la economía norteamericana (nuestro gran cliente) que ya sufre una inflación histórica.

Ante esta realidad cabría pensar que las medidas tomadas por el gobierno, por ejemplo, la rebaja del IGV tendría frutos sin embargo parece que no será así. La Asociación Peruana de Avicultura aclaró el destino del precio del pollo. La informalidad que campea (y por lo tanto no paga ningún impuesto, incluido de las ventas) no permitirá el traslado del beneficio al ama de casa.

¿Cuánto perderemos en recaudación ante las exoneraciones del IGV y del ISC? El IPE ha señalado que si ambas medidas van hasta fin de año serían S/. 3,600 millones perdidos, es decir el presupuesto de Qali Warma, Juntos y Pensión 65 en el 2021. Así es señores, no existe el lonche gratis, siempre alguien paga la cuenta.

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