Del conflicto laboral al problema social
El presupuesto de EsSalud del presente año es el más alto de su historia, cifra que bordea los 17 mil millones de soles, para atender a 13 millones de asegurados aproximadamente. Obviamente, el argumento menos válido de las autoridades es que no hay dinero; imposible aceptarlo considerando que se malgastan millones de soles anuales en pagar un ineficiente programa de citas por teléfono; se malgastan más de 50 millones de soles en pagar alquileres de locales; se malgastan más de 4 mil millones de soles en pagar servicios prestados por terceros a un costo mayor, y muchos de los cuales pueden ser realizados por la misma institución; se malgasta en mantener una frondosa burocracia, cerca de 3 mil puestos gerenciales, lo que es una desproporción considerando que existen 60 mil trabajadores, es decir, un funcionario por cada 20 trabajadores; y así, el dinero de los asegurados es malgastado de varias formas, y en muchos de esos gastos anida el virus de la corrupción.
Dinero hay, se necesitan gestores que manejen eficientemente los recursos, comenzando con la desburocratización y priorizando el gasto en mejorar la atención a los asegurados y las condiciones de bienestar a los trabajadores.
Los trabajadores de EsSalud llevamos 10 días de paralización de labores y, hasta la fecha, no hay visos de solución. Aproximadamente medio millón de atenciones de consulta externa han dejado de atenderse y 5 mil cirugías electivas —aquellas que no son de emergencia ni comprometen la vida del paciente— han dejado de realizarse. Evidentemente, estas cifras han puesto los indicadores de atención por los suelos, peor aún si a esto sumamos que, antes de la huelga, ya existían más de 5 mil cirugías embalsadas sin resolver y los pacientes tienen que esperar hasta 12 meses o más para una programación quirúrgica, o esperar hasta 4 o 5 meses para una atención de consulta externa.
Los problemas en EsSalud se arrastran por muchos años, pero recientemente se han agudizado por mala gestión de las autoridades y los evidentes actos de corrupción. Con la huelga de los trabajadores, estamos pasando de un conflicto laboral a un problema social; la responsabilidad directa la tiene el gobierno, quien designa autoridades sin ninguna competencia o conocimiento de la seguridad social. En este quinquenio de gobierno se van designando 9 presidentes ejecutivos, algo nunca visto en ningún gobierno anterior, lo que demuestra la gran improvisación y falta de meritocracia, prevaleciendo los intereses políticos sobre las capacidades técnicas. Mientras tanto, la atención de las necesidades de los asegurados, con equipamiento e infraestructura adecuadas, continúa postergada.
(*) Secretario General del SINAMSSOP
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