Deconstruyendo al libertario Milei

El libertarismo es la corriente ideológica filosófica que postula la no intervención del Estado, siendo el libre mercado el asignador eficiente de los recursos.

Para el libertario, progresivamente, el Estado debe reducirse, se tenderá a la extinción de los impuestos; primará la armonía social sostenida en los principios de la no agresión, la autonomía, la igualdad.

El liberalismo clásico y el anarquismo filosófico son el sustento dogmático del libertarismo, del cual a su vez derivan: el liberalismo clásico, el neoliberalismo, el ordoliberalismo, el minarquismo, el anarcopapitalismo, el objetivismo, el voluntarismo, el paleolibertarismo y el socioliberalismo.

El ADN dogmático del libertarismo, está edificado sobre la base de nucleótidos anarquistas que, Bakunin considera determinista para la liberación social, para una sociedad sin gobierno, sin autoridades. No obstante, el ADN libertario contiene, en su ácido nucleico, las instrucciones genéticas del capitalismo que programan al individuo a crear, inherentemente, riqueza individual. Sin embargo, siendo este ADN libertario dogmáticamente diádico, los de izquierda la critican por ser defensora de las libertades empresariales en favor de unos, dejando en indefensión a los otros; y, los de derecha denostan del liberalismo de izquierda, de los postulados progresistas como el derecho al aborto y la identidad de género.

Milei se define como un liberal libertario, filosóficamente un anarquista de mercado. Como corresponde a un libertario de pura cepa, promueve el fin del Banco Central; le pone la cruz a las obras públicas; eliminará los subsidios populistas; defiende la portabilidad de armas de fuego; reducirá el tamaño del Estado a su mínima expresión. Para él, la libertad del individuo es el valor hegemónico, resultando aceptable tocarla, recortarla y hasta sancionarla cuando se trasgreda el derecho, la libertad del otro; pero, no le resultaría aceptable obligar servir a otro, aunque de ello dependa su propio bienestar.

Para el libertario, la justicia, el bienestar social es consecuencia del ejercicio de la libertad individual plena, del consentimiento mutuo, la cooperación, la tolerancia; o sea, de un comunismo primitivo, donde el orden social surge espontaneo, no requiriéndose de un poder central, como con los Nuer.

Efectivamente, en esta sociedad tribal africana, se designa por consenso y temporalmente, a la persona más respetada, denominada Jefe Piel de Leopardo, quién tras resuelto el conflicto o la vendetta, será uno más, sin poder, sin autoridad.

Milei es un académico controvertido carismático; cabalmente no es un outsider, pero fieramente denosta del político tradicional; es liberal en la praxis política económica, pero, en lo social, lo humano, es un luchador protector de los realmente desvalidos: los niños abandonados, los ancianos en indefensión, de los indigentes enfermos, de los olvidados. Es radicalmente, opuesto a los postulados progresistas, defensor del derecho de la libre disposición del cuerpo y de la vida. Sin embargo, cual ultra conservador, es defensor a ultranza del derecho a la vida de los bebes aún no nacidos.

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