Declaraciones de Mario Cabani: poca madeja por desenredar ya

En circunstancias normales, con un Legislativo que hiciera prevalecer su función de control entre los poderes públicos, se esperaría que hubiese remecido el avispero político lo revelado por el semanario Hildebrandt en sus Trece y el diario El Comercio, acerca de lo declarado, según señalan estos medios, por el médico cirujano Mario Cabani ante el Ministerio Público al cierre del mes de abril, acerca de una intervención quirúrgica a la jefa del Estado, Dina Boluarte, el 28 de junio del 2023, que el galeno habría calificado de estética, en concordancia con el rubro comercial de su clínica, declaraciones que han sido posibles luego de haberse levantado el secreto profesional por mandato judicial.
Y no solamente el revuelo se supondría se presentase en el Legislativo, sino también en las demás redacciones y medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, muchos de los cuales han guardado silencio, a pesar de que la noticia vincula directamente a quien representa a la Nación, la funcionaria de máxima jerarquía del país.
Hay que reconocer los esfuerzos desplegados por la Comisión de Fiscalización del Congreso para dilucidar si hubo o no abandono de cargo durante el lapso de la operación de la mandataria y su posoperatorio, encontrándose en el estadio de haberse aprobado en la quincena de abril, en sede de la Comisión, un informe que concluye en una presunta incapacidad temporal de la presidenta de la República, al omitirse informar al Legislativo de esta intervención quirúrgica.
En lo personal, opino que hasta ahí llegará el citado informe, el cual será remitido a la Fiscalía de la Nación, como insumo para lo que estime conveniente, pero no tendrá carácter vinculante, al no haber recibido del Pleno facultades de comisión investigadora para abocarse expresamente al caso Cabani-Boluarte.
Hay hechos muy graves; de lo declarado por Cabani, deja en evidencia una monumental contradicción de lo expresado en mensaje al país, por la presidenta, de que se operó por una necesidad de mejorar su capacidad respiratoria (contrario sensu, no fue con fines estéticos). Si bien connotaciones penales no habría en este extremo, sí falta ética, en mi opinión.
Hay otros temas de trascendencia legal, de que se habría apelado a sedación durante la intervención quirúrgica; debe entonces dilucidarse si hubo lapso de desconexión con la realidad.
Debe esclarecerse el cumplimiento del Reglamento de Comprobantes de Pago, acerca de que la expedición del comprobante de pago por un servicio o venta de un bien se efectúa cuando se presenta el hecho o antes de este, pero no con posterioridad a su prestación, como señala Cabani, que se pagó recién en abril del 2025, casi dos años después.
¿Es creíble que la persona jurídica de una clínica estética no cobre por sus servicios? Porque, aunque hubiese sido un acto de liberalidad, esto es, una donación, igual debió girarse el comprobante con dicha indicación.
Asimismo, ¿hay vinculación con este último hecho del nombramiento de determinados funcionarios públicos cercanos a Cabani?
Finalmente, ¿cómo la clínica del Dr. Cabani aceptaría el pago de un servicio en contravención del umbral permitido por ley, de que todo pago igual o superior a los 2,000 soles o 500 dólares, según el caso, debe hacerse a través de la banca? Según el médico, el pago de 4,500 dólares (costo de la operación) se realizó en efectivo, directamente, lo que es insubsanable con cartas notariales que conminen al beneficiario del servicio a declarar sobre la legalidad del origen del dinero pagado; simplemente no debió aceptarse.

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