Decadencia de un icono caviar
Susana Villarán de la Puente (1949), socióloga y política, descendiente de inmigrantes españoles del siglo XVIII, de raíz ideológica marxista. Durante su carrera política fue asesora del Acalde de Lima, Alfonso Barrantes (1983-1985), Secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (1995-1997), integrante del Directorio del IDL presidido por Carlos Basombrío (2000), Ministra de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano durante el gobierno de Valentín Paniagua, así como miembro del Grupo de Trabajo Interinstitucional a cargo de establecer la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) entre 2000 y 2001. Fue también comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre 2002 y 2005, candidata a la presidencia de la República por la alianza electoral Concertación Descentralista (2006), obteniendo menos del 1% de votos válidos.
Elegida Alcaldesa de Lima Metropolitana para el período 2011-2014, postuló en la siguiente elección, obteniendo sólo el 10%, de votos, una cifra cuatro veces menor que la alcanzada en su victoria.
Por su gestión como Alcaldesa de Lima Metropolitana, está siendo investigada por la justicia como resultado de las declaraciones de Jorge Barata y otros exdirectivos de la empresa Odebrecht en el Perú, así como de Léo Pinheiro y ex directivos de la constructora OAS, todos ellos acogidos a la figura de colaboración eficaz. Según la información recogida por la Fiscalía, Odebrecht le habría entregado US$ 3 millones, mientras que OAS un total de US$ 7 millones (3 millones para la campaña del NO a la revocatoria y 4 millones para su reelección en el 2014), a cambio de beneficios en la concesión de obras.
El 12 mayo 2019, Villarán de la Puente, en una entrevista en el programa periodístico de “Exitosa Noticias”, declaró: “Siempre supe de aportes de empresas a la campaña del ‘No’ a la revocatoria”, y agregó: “Cometí un grave error del que me arrepiento desde hace tiempo, que es permitir que tenían intereses privados financiaran la campaña. Esa es la verdad”. Además, pidió perdón públicamente: “Quiero pedir perdón a las personas a las que no les pude pedir perdón en su momento. No le temo al futuro”. Posteriormente, en su cuenta de Facebook, reafirmó: “Siempre supe de los aportes de empresas a la campaña del NO a la Revocatoria. Tomamos la decisión José Miguel Castro y yo de procurar y aceptar los fondos de campaña.”
Días después, el juez ordenó 18 meses de prisión preventiva, en lugar de los 36 meses que solicitaba la Fiscalía, al considerar que dicho plazo era suficiente para concluir una investigación que ya se encontraba bastante avanzada.
Al momento su proceso lleva más de 6 años y tiene comparecencia restringida, cumpliendo detención domiciliaria con impedimento de salida por los próximos tres años, período en el que se desarrollará su juicio, cuyo inicio está programado para el próximo 23 septiembre, donde afrontará un pedido fiscal de 29 años de prisión como condena. por la presunta comisión de los delitos de asociación ilícita para delinquir, cohecho pasivo propio y lavado de activos en perjuicio del estado.
El 29 de junio pasado, el ex gerente municipal José Miguel Castro Gutiérrez (+), que iba a ser calificado como colaborador eficaz por la Fiscalía, fue hallado muerto de manera violenta en su domicilio. Su lamentable deceso aún se encuentra en investigación, 4 semanas despues.
La línea ideológica que caracteriza a Villarán de la Puente evidentemente es la denominada “caviar”. Basta observar su participación en organizaciones políticas, tanto nacionales como internacionales, en ONGs, en comisiones y comités de diversa índole, donde ha encabezado o integrado grupos de influencia con el objetivo de imponer los intereses de su repudiable comunidad ideológica. Ello se evidenció especialmente durante su gestión como Alcaldesa de Lima Metropolitana, al utilizar su cargo con apoyo de incondicionales para actos que hoy están judicializados.
La artera protección que la resguarda solapadamente, busca llevar a concluir el proceso cuando tenga casi 80 años, para obtener beneficios.
Sin duda, la cultura y tradición limeña, demanda un acto de contrición firme y una formal aceptación de culpa por parte de quien, en su calidad de autoridad, ha cometido una de las ofensas más graves de todo tiempo a la ciudad de Lima.
Atenúe usted señora por decisión propia sus culpas. No viva en la miseria de lo humano y la traición a la comunidad que confió en usted, sino en la paz espiritual que le significara auto-desagraviar su honor, por respeto a los centenares de miles de peruanos que ha defraudado.
Por Javier Bravo Villarán
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