De los vientos a los huracanes
Es significativa la frase de satisfacción, de quien es mano derecha del régimen chavista venezolano, afirmando primero que había una “brisita bolivariana” y después que “la brisita bolivariana se convertiría en un huracán”, haciendo alusión a la crisis política y convulsión social que golpea distintos países de América Latina. Por mucho que las grandes cadenas de comunicación quieran hacer pasar las rebeliones y asonadas que están ocurriendo en países como Chile, por protestas espontáneas de una ciudadanía harta con las desigualdades sociales y nada más, las conclusiones que sacamos, recurriendo a distintos analistas independientes que tienen sus portales en la internet, es que son hechos violentos perfectamente planificados, desde instancias políticas que participan del Foro Sao Paulo, ahora Foro de Puebla.
En el caso de Chile, los hechos de violencia se produjeron simultáneamente, tanto en las distintas zonas de la capital, como en diferentes regiones del país, y con las mismas acciones repetidas: primero fueron los incendios, luego los saqueos tanto a las grandes tiendas y supermercados, como a los negocios pequeños; las marchas con piedras y bombas molotov en mano, destruyendo lo que encontraban a su paso; y luego, el ataque a grandes instituciones, como la Universidad Católica de Chile, que estuvo a punto de ser quemada y gravemente dañada. ¿Los ataques “iguales y simultáneos” no son una vieja estrategia marxista-leninista-maoísta? Estos ataques fueron acompañados de un griterío político que se producía en el Parlamento y los medios de comunicación donde voceros del comunismo y la izquierda extrema vituperaban contra el sistema económico de Chile; mientras los reclamos pasaron de los 30 pesos del alza de la tarifa del Metro, al de los 30 años de políticas fallidas, de gobiernos de derecha, pero también de la Concertación de izquierda que ha dirigido el país del sur, en las últimas décadas. El presidente Piñera ha sido acusado constitucionalmente y, si logran los votos, podría dejar el gobierno, al menos por 20 días, en manos del presidente del Senado, Jaime Quintana, quien como buen representante de la izquierda se ha unido a las voces de quienes piden el cambio de la Constitución.
¿El cambio de la Constitución Política, carta magna de los estados libres y democráticos, no es la estrategia que usó Chávez, como Evo Morales y los mismos Kirchner - Fernández, para introducir políticas populistas y, en lo posible, eternizarse en el poder? Estos ataques, asimismo, son acompañados por una maquinaria de manipulación, basada en “fake news” o noticias falsas que se riegan por cuanto canal de comunicación pueda existir, sobre todo para el exterior del país, ahí donde muy pocos pueden comparar el mensaje mediático con los hechos reales. Una de las pruebas es una entrevista, donde una madre denuncia que las fuerzas del orden dejaron sin el ojo derecho a su niña, quien aparece con un parche; pero en otra entrevista, el parche aparece en el ojo izquierdo de la niña, mientras la madre hace la misma denuncia, aludiendo al otro ojo. ¿Acaso no son los totalitarismos maestros de la difusión y repetición de mentiras hasta “convertirlas en verdad”? Ecuador se ha calmado, Chile sigue temblando; mientras tanto el terreno se está preparando, también en Colombia, donde se anuncia un paro nacional para el 21 de noviembre. Mientras tanto, en Argentina el populismo se ha vuelto a encaramar en el poder y, por otra parte, el pueblo boliviano se resiste heroicamente al resultado tramposo en las urnas.
Profesora CENTRUM-PUCP