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De la mano: el Perú primero

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Fecha Publicación: 06/06/2019 - 22:00
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El 23 de marzo del año pasado Martín Vizcarra juró como presidente del Perú luego de la renuncia de Kuczynski (aceptada por el Congreso con 105 votos a favor, 12 en contra y 4 abstenciones).

El juramento fue tomado por Luis Galarreta, de Fuerza Popular y presidente de la Mesa Directiva del Parlamento. Vizcarra señaló "...Defenderé la soberanía nacional, la integridad física y moral de la República y la independencia de sus instituciones democráticas; y que cumpliré y haré cumplir la Constitución Política y las leyes del Perú".

Sin embargo, la ciudadanía ha sido testigo que en vez de gobernar y plantear políticas públicas concretas, se ha dedicado a atacar al Poder Legislativo, al Poder Judicial y al Tribunal Constitucional, de la mano con el premier, algunos ministros y medios de comunicación social que perdieron su norte ético y se convirtieron en partícipes de esta comparsa.

El premier al solicitar la cuestión de confianza el último martes afirmó “…se ha señalado que sería un exceso de nuestra parte haber propuesto un plazo de 15 días para el debate y aprobación de nuestras iniciativas. Debemos decir, sin embargo, y para comenzar, que en ningún momento hemos sugerido dicho plazo”; ésta afirmación es falsa, ya que el jefe del Gabinete Ministerial envió el 30 de mayo el Oficio No. 125-2019-PCM/DM dirigido al presidente del Parlamento, en el cual no solo le solicitó fijar fecha para su presentación en el pleno, sino adelantó que el “plazo máximo” para la aprobación de seis proyectos de la reforma política vence “al finalizar la presente legislatura”, es decir, el 15 de junio.

El Ejecutivo sí le puso un plazo al Parlamento, ese sólo hecho viola la independencia y autonomía de poderes consagrados en la Carta Magna.

¿Se le puede dar la confianza a alguien que miente? Parece que sí, ya que el Pleno del Congreso aprobó con 77 votos a favor, 44 en contra y 3 abstenciones la cuestión de confianza, solicitada por el gobierno de  Vizcarra.

Ahora es deber y obligación del presidente Vizcarra comenzar a gobernar, con la aprobación de la cuestión de confianza aparentemente ha quedado zanjado el problema creado por el propio Ejecutivo, el Congreso no puede legislar con una espada de Damocles.

El país necesita y reclama con urgencia  políticas públicas, eso solicita la sociedad civil en su conjunto y no ser meros espectadores en broncas, dimes y diretes entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Estamos a poco más de un mes de las Fiestas Patrias, el panorama político en las próximas seis semanas antes de que se instale la nueva Junta Directiva del Congreso debe de trabajar de la mano entre el Ejecutivo y el Legislativo, basados en las reformas políticas, pero… en un escenario mucho más calmado y tranquilo.

Hay que llevar adelante el compromiso asumido al otorgar la confianza, pero también tiene que entender el presidente Vizcarra que el Congreso de no es su mesa de partes de caprichos palaciegos.