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Cuidado con atomizar el voto

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Fecha Publicación: 01/10/2020 - 21:22
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Nadie hubiese podido vaticinar una pandemia como la del Covid-19, que a septiembre 2020 va cobrando al país cerca de 33 mil vidas (cifra oficial del Minsa), u 80 mil, según el Sinadef, y que en medio de ésta se llevaría a cabo las Elecciones Generales para elegir Presidente y vicepresidentes de la República y congresistas, menos aún en el aniversario del Bicentenario de nuestra Independencia. Esta situación sui generis para el Perú, donde por efecto del Estado de Excepción ocasionado por la crisis sanitaria, se prohíben las reuniones, los actos proselitistas públicos, espacios coloridos donde militantes y simpatizantes de una tienda política tratan de persuadir al elector, sobre todo al indeciso, de las bondades de su oferta electoral. Elecciones donde también está prohibida todo tipo de publicidad contratada en medios masivos de comunicación, limitándose a la llamada “franja electoral” auspiciada por la ONPE, donde de forma escueta, si se quiere impersonal, sin mayor feeling, los candidatos o partidos, promocionan sus planes de gobierno de cara a la ciudadanía, de manera dizque equitativa y a título gratuito, franja a la que salvo que coincida con una programación de alta sintonía, pocos se detendrán a ver u escuchar.
Así las cosas, esta Campaña Electoral requerirá del mayor ingenio y esfuerzo para que las organizaciones políticas que compitan, lo hagan con decencia y respeto al oponente, sin apelar a golpes bajos, lo que claro está, esto es como pedir peras al olmo, a juzgar por la performance de algunos “autoproclamados” candidatos presidenciales, a los que no se les arruga el diente en hablar como tales, sin que siquiera hayan pasado la etapa de elecciones internas en sus organizaciones; y es que todo pareciera estar preparado “a priori” para que tales candidaturas queden oleadas y sacramentadas, sin recibir la opinión de las bases, la piedra angular de los partidos, su verdadera “Fuerza Viva”.
Nuestro país no tiene remedio, a pesar de todo lo vivido, del chasco de tener más de una veintena de candidaturas, muchas de ellas encabezadas por personajes folclóricos; por ahora para el 2021 asoma más de una docena de aspirantes al sillón de Pizarro, que esperemos tengan el suficiente criterio para “no atomizar” el voto y busquen formar alianzas estratégicas en razón de un ideario político en común, que pueda verse o distinguirse en marcados grupos de izquierda y de derecha, y en su caso de la cuasi extinguida “clase media” (por efecto de la pandemia).
Entiendan, señores (as), no se trata de marquetear la imagen de un candidato, sino de REPRESENTATIVIDAD, del fortalecimiento de los partidos políticos, de Planes de Gobierno. Los líderes políticos debieran por tanto esforzarse por encontrar coincidencias o comunes denominadores, juntarse, ceder espacios entre sí, hacer ALIANZAS, porque “A río revuelto, ganancia de pescadores”; un outsider, el menos esperado, podría fácilmente alzarse con los votos de la gran mayoría, del que habría que cruzar dedos no provenga de una cantera radical o extremista, porque el país así cómo está, ya no da para más. ¡Estamos a tiempo!