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Crónica de una crisis

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Fecha Publicación: 24/06/2022 - 22:10
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Los transportistas han anunciado una paralización de gran magnitud. Los que llevamos algunas décadas sobre esta tierra sabemos que significa ello. Falta de movilidad, escasez de productos, toma de carreteras y lamentablemente algún fallecido. Todo ello a puertas del inicio de julio, mes en el cual se cierran las celebraciones por nuestro bicentenario de la República.

Tristemente, el balance de la gestión de Pedro Castillo en este nuevo siglo republicano no solo es pobre en resultados si no que ha cambiado dramáticamente el rostro del país. Nos hemos acostumbrado a vivir en la zozobra, horrorizándonos por cada acto de corrupción y fuga de implicados mientras que en Palacio de Gobierno no pasa nada, y contando los centavos para llegar a fin de mes. En medio de este caos, ahora se suma el paro.

Pero eso no es todo. El presidente Castillo ha prometido sorpresas en el Mensaje a la Nación que debe dar el 28 de julio, lo que ha generado más angustia que tranquilidad. Lo dijo en un ataque de esos, en los cuales mismo doctor Jekyll y el señor Hyde, segundos antes pide que sigamos invirtiendo y al siguiente habla de sorpresitas.

La realidad es el desgobierno que vivimos. En el cual se trata de apagar incendios con un gotero, planteando mesas de diálogo que no van a ninguna parte. Por ello que el lunes tendremos un paro, el cual de acuerdo con la Cámara de Comercio de Lima causará graves perjuicios para el país, en un contexto donde nuestra economía viene siendo golpeada por la inestabilidad política y la difícil coyuntura externa. Las paralizaciones van a generar una pérdida económica US$ 18 millones diarios en productos de agroexportación y US$ 2 millones en productos de pesca tradicional.

Pero eso no es todo. El gremio señala que a ello hay que sumar el impacto en la logística vinculada al comercio exterior, en la que se calcula que la pérdida será aproximadamente de US$ 20 millones diarios, comprendiendo las operaciones portuarias, terminales extraporturarios, agentes de carga, agentes marítimos, agentes de aduana y los costos de reinicio de actividades al término de la paralización (incluyendo los cargos por sobreestadías y detención de naves). Es decir, se armará el despelote.
Pero ¿por qué pasa esto? ¿cómo llegamos a otro paro? Lo cierto, es que se ha hecho un deporte no cumplir las promesas de las mesas de diálogo. Simplemente, se han convertido en mecedoras para que la población insatisfecha, vaya a casa y luego vuelva más molesta. Lo que se esta creando es una bomba de tiempo, pero claro en Palacio de Gobierno parece que nada importa, y ojo, lo que se anunciado no es un paro por un día, sino indefinido.

Pero eso no es todo. Al paro del transporte ahora se unen los agricultores, y en este caso tienen razones de sobra. El gobierno se ha demostrado como incapaz para comprar fertilizantes de una manera honesta y eficiente, por más que se ha cambiado al ministro de Desarrollo Agrario y Riego. Ante todo el despelote, solo cabe preguntar, ¿cómo solucionará el lío actual Pedro Castillo?

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