Crisis III- reconstrucción de la imagen

Terminando con mis reflexiones sobre las crisis políticas, hoy me toca escribir sobre la reconstrucción de la imagen. Lo primero que debemos hacer es “hablar con nosotros mismos” para conocer el daño causado interna y externamente y saber sobre todo “qué lecciones hemos aprendido luego de la crisis”. Este análisis es fundamental, pero lo es más el no engañarse uno mismo.
Muchos tratarán de rodearse de gente adulona para escuchar que “no ha pasado nada”, pero eso no es verdad ya que las crisis dejan heridas las cuales deben sanar y ello se realizará solo “tomando un tiempo prudente para que esa herida cierre”. Por el tiempo que sea necesario el político deberá “salir del escenario” para evitar ser nuevamente noticia. La “cuarentena política” nos servirá para diseñar la estrategia que nos permita nuestra reaparición en la escena pública de manera inteligente. Ahora, no todas las estrategias son similares porque dependerá del perfil del político y de su personalidad, es decir no es lo mismo ser un congresista en actividad, ministro de Estado o el presidente de un poder del Estado.

El caso de un parlamentario, por ejemplo, es distinto a de los ministros ya que los primeros realizan sus actividades diarias con presencia permanente de los medios de comunicación y los ministros pueden realizar sus actividades de una manera discreta sin la presencia de los medios informativos. En el caso de un parlamentario, lo correcto sería realizar actividades de su agenda ordinaria con puntualidad y esmero sin buscar protagonismo en un asunto que genere expectativa. Pero hay que tener en cuenta algo que no todos los políticos lo tienen en su “encuadre” y con esto me estoy refiriendo a las actividades conexas públicas o privadas que realiza el político luego de superar una crisis. Muchos, por ejemplo, olvidan que las calles son un gran set de televisión y que cada persona es un potencial periodista al tener un smartphone.
¿El recuperar la imagen dependerá solo del protagonista? La respuesta es ¡no! ya que su entorno si es que realiza un acto negativo repercutirá en el político que sufrió la crisis ya que generará un efecto de “recordación” ante la opinión pública.
La imagen se recupera realizando acciones positivas premeditadas y paulatinas. Lo que se busca es la “reconstrucción” de la imagen y ninguna “obra” se estará lista de la noche a la mañana”.

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