Crisis II-control de daños
La semana pasada escribí sobre la crisis mediática y del cómo comportarse para salir de ella. Ahora me toca reflexionar sobre el control de daños. El control de daños se inicia primero con la evaluación que la persona debe hacerse en su interior para saber realmente las lesiones que le ha generado la crisis y tomar consciencia del origen. No podemos tomar la salida de una crisis como un triunfo y querer regresar al ruedo político como si nada hubiera pasado. Aunque muchos lo ignoren, el político deberá primero tratar de recuperar su imagen ante su equipo inmediato que lo ha ayudado en la administración de la crisis. El líder tiene que saber agradecerle a su equipo. Si esto no sucede quizás su equipo podría interpretar que a su lado no tiene un líder sino simplemente un jefe. Luego el control de daños implica evaluar el efecto negativo que ha generado la crisis ante la opinión pública, también tomar contacto con cierto público objetivo para conocer sus opiniones y con esa información ensaye la construcción de algunos mensajes que generen en el mediano y largo plazo la recuperación de la credibilidad y la confianza. Deberá también evaluar el cambio de imagen, de ser necesario, y su conducta personal que es la base para la recuperación de la reputación. Las heridas de un crisis no son fáciles de cerrar.
El cuerpo humano nos enseña cómo se recuperan las heridas; algunas sanan pronto mientras que otras demoran un buen tiempo. Si las heridas son graves necesitamos un tiempo prudente de reposo. Lo mismo debe pasar en la persona que ha salido de una crisis mediática. “La cura de silencio por un tiempo prudencial es básica” por lo que se debe evitar salir en los medios de comunicación, pero ojo que eso no significa bajar la guardia porque hay que estar preparado para un eventual y fortuito encuentro inesperado con ellos. Ahora, si la crisis pudiera renacer producto de hechos colaterales que escapan al protagonista de la crisis, es probable que ella resurja por lo que se deberá analizar los posibles escenarios y diseñar una estrategia para defenderse y no lo encuentren desprevenido. Las réplicas de una crisis podrían ser más peligrosas que la primera y para ello el político deberá estar preparado mental y físicamente para encararla con una estrategia milimétricamente diseñada.
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