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Crímenes de prensa

Fecha Publicación: 25/12/2019 - 21:40
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A la luz de la reincidencia histórica en el uso de la prensa como herramienta de organizaciones criminales desde el aparato del Estado, del narcotráfico, de lobbys internacionales, y más recientemente, de organismos no gubernamentales que cumplen fines criminales en contra de la nación, es necesario incorporar al Código Penal un título sobre Delitos de Prensa.

Porque más allá de los tipos penales vigentes, como el delito de difamación agravada a través de la prensa o medios de difusión (incluye digitales y redes sociales), artículo 132 del Código Penal, o el delito contra la fe pública en la modalidad de falsedad genérica, artículo 438 del Código Penal, que son los básicos con que se montan las campañas de desprestigio de sus víctimas, ahora se está fomentando el odio religioso, el vituperio y ridiculización de los cristianos o aún el odio ideológico, por razón de las ideas de los que piensan en contra de la campaña de imposición de antivalores en la legislación y en la vida de la nación, lo cual está tipificado como delito de discriminación en el artículo 323 del Código Penal, pues su finalidad es provocar animadversión y odio en la población contra sus víctimas.

Lo que demuestra que gran parte de la prensa no está respetando el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad de información de la ciudadanía conforme a la verdad, sino que responde a una mercantilización de los medios de información, ya que estos delitos los cometen por dinero, lo cual nos lleva a la necesidad de replantear el rol de estos en la vida de la nación, sus derechos y deberes, y la tipicidad penal de los crímenes que están cometiendo en la más absoluta impunidad, bajo el disfraz de la libertad de expresión.

El uso delictivo de la prensa ha llegado al colmo de denigrar falsamente, sin escrúpulo, a las únicas personas que podrían asumir un liderazgo moral de salida a la grave crisis de corrupción del país, porque se oponen a los intereses de quienes los financian. Postulando luchar contra la corrupción, están sirviendo a los fines de la corrupción más destructiva de nuestra historia, que está entregando el Perú a intereses extranjeros; lo cual constituye complicidad en el delito de traición a la Patria. (325 del C.P.)

La sanidad de la prensa empezará por denunciar estos crímenes.