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¿Cosa nostra o costra nostra?

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Fecha Publicación: 24/05/2025 - 21:00
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Este régimen tiene características especiales y ha mutado cual renacuajo. Llegó como el gobierno de un partido cerrado, fanatizado, que muchos rechazaron, trasmutando a lo que es hoy y que no acepta figuras de otras agrupaciones políticas y que se comportaría como algunos definirían como una suerte de “Cosa Nostra”.
Lo vimos el día que cayó Santiváñez, ex ministro del Interior, hoy doble asesor y con jugosa dieta incluida. Cuando una situación similar ha ocurrido en el Perú (o en cualquier parte del mundo) la defunción política del funcionario queda certificada, los gobiernos pueden enterrar al occiso (hasta darle una condecoración póstuma), pero lo sepultan, se olvidan de él. ¡Ya fue!
En el Perú de 2025 ocurrió una cosa extraña: el magullado Santiváñez, objeto de un general y multitudinario repudio ciudadano fue acogido como un héroe de la Patria por su jefa la presidente Boluarte y su corte de ministros, televisando un acto de reparación totalmente ridículo y fuera de lugar: lo apapacharon al teletubi, como sobreviviente de un naufragio.
Y es que “Uno para todos y todos para uno”, pareciera ser la divisa de este ejecutivo en el que cuando se entra, es difícil salir. Se deja el fajín, pero no el “fajón” del buen billetón, pues inmediatamente se es recolocado en el “Aparato del Estado”, por cortesía de la “reencauchada de Cabani” y del presupuesto nacional, o sea de nuestros bolsillos.
En las organizaciones criminales también quien entra ya no puede apartarse: sabe mucho y pone en peligro al colectivo. ¿Será este el caso del gobierno boluartista?, ¿Habría que preguntarle a Otárola tal vez?
Mucho se ha especulado sobre lo que sabría Santiváñez del tema de la “incapacidad” de la PNP para ubicar y capturar a Vladimir Cerrón. No se necesita sino dos dedos de frente para comprender que algo raro, rarísimo, ocurre cuando a nuestra policía se le pasean los elefantes a veinte centímetros de ellos y no los ven. ¿Y de quién depende la PNP? ¿Y a quien da cuenta y obedece el que garantiza el orden público y un eficaz combate al delito?
Uno se cura a veces tras costosos errores propios, pero también en salud ajena, aprende de los errores de los demás. ¿No fue acaso Castillo y su inexperiencia la que lo hizo víctima de la delación de algunos de sus ministros? Ministros y secretarios lo reventaron al convertirse en colaboradores eficaces. Y este gobierno que se subió al carro de la vacancia, luego botó a Otárola dejándolo sin fajín, ni “fajón”. El hombre se vengó y les devolvió el doble de fuego.
Nos imaginamos, pues, que el estilo chalhualquino de gobernar ha mutado a partir del estilo chotano, elevado al cuadrado.
Todo esto nos invita a pensar que no ocurrirá lo mismo con Adrianzén, ¿que sería premiado al Vaticano?, seamos justos, fue un excelente maitre de la Presidente. Ha capitaneado a todo el equipo de mayordomos ministeriales y dando el ejemplo.
Todo esto da vergüenza. Nunca antes en el Perú un fajín ministerial se convirtió en correa de chihuahua que mueve la colita tras juramentar en el Salón Dorado con tanta pompa con presencia de portátiles en medio del oropel. ¿Ante qué clase de gente estamos?…¡Despierta Perú, despierta!
#despiertaperudespierta

Por Francisco Calisto Giampietri

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