Cortita

Imaginémonos que hay un violador de menores serial. Imaginémonos también que el Estado peruano se ha librado del sistema interamericano de derechos humanos y del Pacto de San José. Imaginémonos que gracias a ello la pena de muerte para violadores de menores de edad de 12 años ha sido aprobada por el Congreso y promulgada por el Ejecutivo en un cambio constitucional y que está vigente. Volvamos a nuestro violador serial de menores. Digamos que en su infame frenesí viola a un niño menor de 12 años. Como el violador serial sabe que le espera la muerte por ese delito razona de la siguiente manera: si dejo vivo a mi víctima esta puede ser el único testigo contra mí y condenarme a muerte. Entonces mejor lo mato. Muerto el testigo, o sea la víctima de la violación, el violador se libra y sigue violando y MATANDO. Ese es el disparate que ha propuesto la presidente Dina Boluarte para distraer la atención de los medios de comunicación y de la opinión pública que la tienen por la pata de los caballos. Lo increíble es que ese disparate tenga eco en gente inteligente como el alcalde de Lima que está de acuerdo con la medida. Otro es el congresista almirante Montoya, que se ufana en haber presentado hace meses un proyecto de ley en ese sentido. ¿Y el sentido común? ¿No les dice nada? ¿O seguirán el camino de Dina y una plétora de candidatos presidenciales y aspirantes al Congreso que se convertirán en demagogos de esa “causa”? Ojo, que una cosa es que el Estado peruano se salga del Pacto de San José, asunto perfectamente válido desde que el mismo pacto tiene una cláusula para denunciar el tratado, y otra muy distinta es proponer, al amparo del retiro, medidas estúpidas como la pena de muerte a violadores de menores. Otra cosa es que la pena de muerte se hubiera propuesto para las violaciones de menores SEGUIDAS DE MUERTE. En ese caso, se disuade al violador a asesinar a su víctima, porque la condena por violación tendría una pena menor a la de la pena capital. Pero lo cierto, lo concreto y lo real es que ya existe la cadena perpetua para los violadores de menores de 14 años, pena inmediatamente inferior a la de la muerte que no existe en el Perú. ¡Más seso, por favor!

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