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Cortázar cumple 105 años

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Fecha Publicación: 25/08/2019 - 21:10
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El gran cronopio argentino Julio Cortázar cumpliría hoy 105 años. Paradigma del escritor creativo y político, Cortázar supo congeniar el surrealismo con la lucidez, el relato fantástico y lúdico con las urgencias del compromiso con la realidad latinoamericana, desde la distancia de su residencia parisina. La división de Rayuela en ‘Del lado de allá” (París) y “Del lado de acá” (Buenos Aires) –junto con el anexo “De otros lados”–, ya daba cuenta de su modo de entender el cosmopolitismo en la narrativa de este continente (otros escritores del “boom”, como Vargas Llosa y García Márquez, en cambio, tardaron más tiempo en incluir escenarios fuera de las fronteras de su región). Siempre se destaca otra distinción con sus coetáneos del “boom”: Cortázar fue un narrador más propenso al cuento que a la novela.

En este último género, sin embargo, también se debería mencionar Los premios y aún queda pendiente para los críticos nuevas relecturas de Libro de Manuel y 62 Modelo para armar, ambas solo posibles de ser leídas –y decodificadas– cabalmente a partir de Rayuela, pero que también la desbordan, ya que Cortázar siempre permite establecer conexiones entre sus libros, en un juego perpetuo de vasos comunicantes, como efectivamente sucede en su insólita crónica de viajes con su esposa Carol Dunlop, Los autonautas de la cosmopista, donde aparecen personajes de 62: Modelo para armar. Quizá su relato más celebrado –y sin duda el más extenso– sea ‘El perseguidor’, incluido en Las armas secretas, un homenaje al saxofonista Charlie Parker personificado en su alter-ego Johnny Carter, delirante retrato del jazz, en un atmósfera cargada de deterioro, alcohol, marihuana y tiempos surreales.

El jazz, otro signo del gusto cosmopolita de Cortázar, es referencia musical en Rayuela y también en otras obras, como en su libro de misceláneas La vuelta al día en ochenta mundos, en donde no solo se leen textos inclasificables sobre Louis Armstrong o Thelonious Monk, sino un artículo sobre Gardel, porque el tango fue “su lado de acá” musical, como lo atestiguó igualmente el disco Trottoirs de Buenos Aires (1980) con música de Edgardo Cantón y letra de Julio Cortázar, con tangos cantados por Juan Cedrón.