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Corrupción y sicariato político

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Fecha Publicación: 16/08/2023 - 21:59
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Con la desaparición de los partidos políticos como estructuras organizadas funcional e ideológicamente para disputar el poder político en elecciones libres dentro de un régimen democrático como el nuestro, proliferan movimientos políticos que, en la mayoría de los casos, no son más que el resultado de la inversión que hacen sus propietarios para acceder al poder o hacer negocio a través de ellos, sin importar ni las calidades personales de sus candidatos, ni sus antecedentes penales, sociales y morales, ni el origen del dinero que se utiliza en cada campaña sea que ingrese a la caja oficial del movimiento o que se maneje individualmente por cada candidato.

Las más de las veces nos hemos encontrado con denuncias sobre presuntos financiamientos ilegales fuera de control o imputaciones de lavado de activos en cada campaña o aportes de gente que apuesta a beneficiarse con el candidato que llegue al poder porque amor con amor se paga, todo lo cual ha ido fortaleciendo un engranaje de corrupción a través del cual el aportante va recuperando su inversión con la adjudicación de obras públicas, obtención de puestos de trabajo, consultorías o logrando el favor de funcionarios con la entrega directa de grandes sumas de dinero. No se necesita mencionar nombres y casos penales o denuncias públicas porque son tan notorios y públicos que ya se han incorporado a la conciencia colectiva de la ciudadanía.

Alguien dijo con razón que la oportunidad hace al ladrón porque en el escenario peruano hemos visto ladrones que llegaron al poder sin dinero, otros que teniendo la condición de millonarios desataron sus ambiciones hasta el infinito para tener más dinero, algunos para suplir sus déficits de autoestima o inclinación a la inmoralidad, quienes simplemente al acceder a un poder donde los sistemas de control no funcionan o son tan endebles ante la arremetida inmoral, encuentran el arca abierta con dinero a merced de quien quiera delinquir.

Podrán decir que la justicia tarda, pero llega. Es verdad, pero eso ya no remedia nada porque es el inicio de la acción del control posterior cuando ya los hechos están consumados y el daño es irreparable.

En lo que nadie pensó es en la cuasi certeza de que los movimientos políticos y las campañas electorales pudieran estar siendo financiados con dinero mafioso proveniente del narcotráfico, tala ilegal, minería ilegal, contrabando, trata de personas, organizaciones criminales diversas, entre otros, en las cuales la garantía de cumplimiento de compromisos es la vida misma sobre la cual actúa el sicariato como huestes asesinas de los poderosos de la mafia, cualquiera sea ésta.

Los grupos violentistas siempre han estado vinculados a organizaciones criminales en sus luchas armadas para la captura del poder político.
Que no sorprenda a nadie, entonces, que la criminalidad organizada desate el sicariato político contra todo candidato o movimiento que se le declare enemigo.

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