Corrupción, dura de matar

Los resultados de la colaboración eficaz en el caso Lava Jato avanzan en terreno positivo y seguirán desestabilizando a los grupos de poder mafiosos, que apelarán a todo lo que esté a su alcance para evitar el accionar de la justicia. Serán semanas muy duras para el equipo especial Lava Jato, liderado por Rafael Vela, cuya resistencia dependerá del apoyo de la Fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, y de los jueces probos que vienen cimentando la legalidad que exige su titánica lucha.

Las últimas declaraciones de los delincuentes brasileños Jorge Barata y Ricardo Boleira, exrepresentantes de Odebrecht en el Perú, permiten continuar desenredando los hilos de la mafia, lo cual posibilitará avanzar a paso firme en las investigaciones ya planteadas por el equipo especial Lava Jato y, también, abrir nuevas líneas de investigación.

La reacción de la mafia ante estas revelaciones es elocuente: buscar a como dé lugar sacar del camino a Rafael Vela y a su equipo, así como al Procurador ad hoc, Jorge Ramírez. El escudo protector de su accionar está en las herramientas legales que el Congreso y el Poder Ejecutivo les entregó para negociar -con los cuatro delincuentes brasileños- el tercer acuerdo de colaboración con Odebrecht.

Además, el resultado de la compleja negociación fue avalado por una valiente jueza, María Álvarez Camacho, quien le agregó una llave más al candado del fideicomiso, que busca asegurar el pago de la reparación civil. Pese a quien le pese, el acuerdo de colaboración eficaz por más imperfecciones que le encuentren, tiene la legalidad que exige la lucha frontal contra la corrupción.

Con ese escudo legal y ante la vehemencia febril de quienes buscan desaparecer del mapa al equipo fiscal Lava jato, es necesario que la ciudadanía esté atenta a cualquier maniobra de la mafia por buscar dinamitar el acuerdo de colaboración eficaz. Se vienen tiempos no sólo de resistencia sino de apoyo activo de todas las organizaciones que privilegian el saneamiento del sistema de justicia, de las clases política y empresarial, y de un Estado atrofiado por la corrupción.

En este escenario, es clave una recomposición de quienes gestionan hoy el Poder Ejecutivo y el Congreso. El reto está en aquellos partidos y movimientos que buscarán de nuevo conquistar el voto ciudadano. El principal requisito será mostrar una lista congresal libre de impresentables y dirigencias impregnadas de liderazgo y compromiso con las causas nacionales.

Pero este anhelo sólo será posible si la mayoría ciudadana toma conciencia de la necesidad de dejar de lado el “voto anti” y centre su decisión en las opciones que defiendan su visión de desarrollo y de una lucha contra la corrupción permanente, caiga quien caiga.

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