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Copamiento político en el servicio parlamentario

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Fecha Publicación: 04/10/2024 - 22:40
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En diversas oportunidades he manifestado que las Mesas Directivas durante 1993 al 2000 respetaron la meritocracia, basada en la línea de carrera de los trabajadores del servicio parlamentario, y que los puestos de confianza de la parte administrativa del Congreso, en lo que concierne a los cargos de Director General de Administración, Director de Logística y de Recursos Humanos, eran designados luego de un concurso realizado por empresas privadas, sin la interferencia política. Los cargos directivos de la parte parlamentaria eran designados de entre los empleados del Servicio Parlamentario, respetando la antigüedad y la profesionalización alcanzada por la experiencia, habida cuenta de que el trabajo en el Congreso no se aprende en ninguna universidad, conforme también lo es ahora.
Esta forma de administrar los recursos humanos en el parlamento era ancestral y respetada por los diversos presidentes del parlamento, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados. Era impensable que los militantes de los partidos políticos ocuparan los cargos de la línea de carrera. Eso ahora es historia en nuestro Congreso.
El copamiento político se inició en el Congreso hace más de 20 años y ha sido desde entonces “la perita en dulce” de los partidos políticos que han gobernado el Congreso. El propósito de la línea de carrera de los trabajadores del Servicio Parlamentario es garantizar la neutralidad y evitar los sesgos políticos en las decisiones que deben tomar dentro del reglamento del Congreso y la Constitución.
El copamiento político de los cargos directivos del Servicio Parlamentario desincentiva a los trabajadores para capacitarse y poder acceder a cargos mejores dentro de la línea de carrera. Ahora, los trabajadores del Servicio Parlamentario no tienen motivación para esforzarse en ascender y mejorar su posición en la administración parlamentaria, porque en dichos cargos estarán los militantes de los partidos políticos que gobiernen el Congreso.
Lo que no entiendo es por qué los parlamentarios no han alzado su voz de protesta, ya que los militantes de los partidos en los cargos directivos del Servicio Parlamentario no generan percepciones de objetividad ni de neutralidad, y no garantizan el derecho de las minorías en los procedimientos parlamentarios. Tampoco entiendo por qué los sindicatos del Congreso, que emiten sus comunicados para reclamar pretensiones económicas legítimas, no han protestado esta vez por el copamiento político de los cargos directivos del Servicio Parlamentario, ya que se supone que ellos deben hacer respetar la línea de carrera y defender los derechos laborales de los trabajadores.

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