Conociendo el Sahara marroquí
Acabo de regresar al Perú luego de una visita al Reino de Marruecos, que significó recorrer dos de las doce regiones de dicho país, concretamente Laayounne y Dakhla, ambas en el Sahara marroquí.
El propósito de mi visita, junto a personas de diversas latitudes, culturas y oficios, fue el de observar directamente la situación existente en esas regiones, sobre todo el día a día de la vida de sus habitantes.
Tuve, tuvimos, la mayor libertad de contacto e intercambio de ideas e información no solo con funcionarios gubernamentales (los wali o representantes del Rey en cada región, designados por él, presidentes y vice presidentes regionales y consejeros, elegidos por voto popular, incluso con una representante, de los 37 saharauis elegidos al Parlamento Nacional marroquí). También con representantes y participantes en actividades de instituciones privadas, dedicadas al área educativa y de apoyo técnico a grupos vulnerables de la población, como artesanos, agricultores, pequeños empresarios, mujeres y jóvenes emprendedores. Pude conocer que instituciones educativas de primer nivel en el mundo como el M.I.T. (Massachusetts Institute of Technology) desarrollan proyectos en la zona.
La vida en esas regiones transcurre con normalidad y afán de conseguir progreso y bienestar y con total coincidencia entre los distintos grupos políticos sobre su marrocanidad.
La cuestión del Sahara marroquí que fue puesta en manos de la Asamblea General de las Naciones Unidas por el Reino de Marruecos en 1963, como tema de solución pacífica de un problema de colonialismo (de España y Francia), hoy ha devenido, gracias a la seriedad, compromiso y significativos esfuerzos humanos y materiales del Reino de Marruecos –reconocidos por distintas resoluciones del Consejo de Seguridad de ese organismo mundial, así como de la Corte Internacional de Justicia– en un tema a ser resuelto definitivamente con base en un compromiso político, realista y sostenible, que permita, además, dar impulso al desarrollo del potencial de la zona, en beneficio de sus habitantes.
Cada vez más Estados, especialmente de Latinoamérica, organismos de coordinación regional como la Unión Africana y la Unión Europea e interregionales como el ASPA y ASA que reúnen países de América del Sur con países árabes y africanos, respectivamente, prestan mayor atención y apoyo a la solución definitiva de una cuestión que tiene que ver con la integridad territorial de Marruecos y su propuesta de autonomía para el Magreb.
Marruecos, país amigo del Perú, con su moderna Constitución que reconoce la libertad de cultos, es un aliado del mundo ante la terrible amenaza del extremismo religioso.
