Congresistas: ¡destituyan a Salas Arenas!

Jorge Salas Arenas, esperpéntico presidente comunista del JNE (Jurado Nacional de Elecciones), alentó el triunfo del camarada ágrafo, corrupto, golpista -y marxista como él- Pedro Castillo, oponiéndose a confrontar el padrón del Reniec con esos cientos de miles de “firmas objetadas en actas electorales”, presentadas por la comisión de especialistas que lideró Lourdes Flores, tras investigar los indicios de fraude en aquellos comicios de abril 2021. Hoy, Salas Arenas demanda al Congreso que a él y a los demás integrantes del cuestionado Jurado Nacional de Elecciones (JNE) se les “exima” del antejuicio, violentando una moción que antes fue aprobada, en primera votación, por mayoría parlamentaria.
Salas Arenas no tiene autoridad moral para exigir tamaño despropósito, después de haber conducido -de la manera sospechosa como actuó- un proceso electoral que acabó instalando en la presidencia del Perú a un sujeto improvisado; sin la más pálida idea de cómo ejercer el cargo; sin saber hablar ni escribir correctamente el idioma oficial del Perú; y sin la más mínima noción de lo que implica administrar un Estado y/o gobernar a 33 millones de peruanos. Castillo lideró la plancha electoral de Perú Libre. ¡Pero esta había sido cambiada a última hora, tras la condena judicial que recibió quien la lideraba originalmente (Vladimir Cerrón), condenado por robarle al Estado! Perú Libre quedó sin postulante a presidente. Pero, a la hora undécima -ya con los plazos vencidos- Jorge Luis Salas Arenas, cual mandamás autócrata del JNE que sigue siéndolo, aprobó prepotentemente que Castillo sustituya a Cerrón. Y por si fuese insuficiente infracción, además consolidó algo tan o inclusive peor: ¡que la plancha de Perú Libre participe en aquel proceso SIN postulante a la Primera Vicepresidencia! Semejante atentado contra la Ley Electoral venimos sufriéndolo 33 millones de peruanos. ¡Entendámoslo! ¡Nuestro país se encuentra en una de las peores crisis sociopolíticas y morales de su bicentenaria historia republicana! Pero Salas Arenas permanece intocable.
Desde entonces, este escriba requiere al Congreso de la República que destituya a todos los integrantes del JNE que participaron en la malhadada elección, y designe nuevos miembros sin preferencias político/ideológicas/partidarias. ¡Precisamente lo contrario al camarada Salas Arenas! Pero pasan los días y, presurosamente, sigue aproximándose la fecha prevista por ley para que el poder Legislativo confirme a los miembros del JNE que supervisarán el proceso electoral, presumiblemente previsto para el año 2026. Aunque todo indicaría que muchos congresistas estarían felices con este impresentable Jurado Nacional de Elecciones que, sin la mínima duda, no está a la altura de las expectativas del país. Porque, entiéndalo bien, amable lector. El Perú está envuelto en demasiadas contrariedades como para, además, soportar nuevas elecciones generales pletóricas de sospechas, bajo la hipótesis de que Salas Arenas permanezca empernado a la presidencia del JNE. A nuestro entender, el camarada Salas Arenas está moral y políticamente descalificado para continuar presidiendo el JNE; y para exigirle al Congreso que exima a los miembros del JNE del antejuicio que impone una norma previamente aprobada -en primera votación- por mayoría congresal. ¡Basta de comunistas, como Salas Arenas!

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