¡Condenable intromisión extranjera!

La mafia internacional caviar pretende convertir al Perú en el hazmerreír latinoamericano. Nos toma de tontos, y se jacta de una superioridad que nunca tuvo ni tendrá. El clásico comportamiento de esa izquierda rosadita que se presume intelectual, social y moralmente superior al resto de la humanidad. Por eso, desde este espacio nunca cesaremos en franquear cualquier intento por seguir agraviando a los peruanos, so pretexto de presentarse como salvadores del Perú. ¡Cuando lo que pretenden es solo apoderarse de nuestra nación por la puerta falsa!

En esta oportunidad, nos referimos a esa estofa insufrible de burócratas internacionales que fungen de jerarcas en institutos apátridas, como los organismos multinacionales; aunque, asimismo, a las inefables oenegés. En concreto, hablamos de cenáculos que presumen de autoridad universal alucinando que países, como el Perú, están sometidos a las dictaduras de los oficinistas, asesores y/o los gerifaltes de turno que las administran. ¡No es así, burócratas apátridas! El Perú es una nación independiente, forjada como república autónoma para regirse por su propia Constitución y las leyes emanadas de su propio poder Legislativo. ¡Solo a ellas se sujetan sus poderes Judicial y Ejecutivo! Acá no mandan los estatutos transnacionales ni las prepotencias de sus administradores ocasionales. De manera que, ténganlo por seguro.

Por más prepotentes que ustedes sean, el Perú entero rechazará todo intento suyo de someterlo a caprichos de oligarquías extranjeras que gobiernan organismos tan turbios como las oenegés. ¡De modo que lávense la boca y guarden sus pataletas cuando pretendan referirse al Perú! Tal como, por ejemplo, una vez más ha vuelto a hacerlo ese tribunal de la inquisición contemporánea llamado Corte y/o Comisión Interamericana de Derechos Humanos, acompañado por un coro de las infames oenegés; en esta oportunidad, amenizados por un grupete de embajadas de países que se presumen muy por encima del bien y el mal; aun cuando ostentan un grosero, interminable rabo de paja pletórico de abusos, violencias y prepotencias verdaderamente extremas.

Reiteramos. Sería conveniente que los organismos internacionales, multilaterales, o como quisieran denominarse, que pretenden maltratar como piñata al Perú acompañados de un destacamento de oenegés financiadas con dineros opacos por fundaciones turbias y corrompidas; y en esta ocasión, decepcionantemente apoyadas por inamistosos países como Australia, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, México, Francia y Reino Unidos, cada cual, con su respectiva cuota de corrupción, atropellos, etc. Sería mejor, reiteramos, que guarden sus opiniones sobre nuestro país y se miren al espejo, antes de ver la paja en el ojo ajeno.

Nuestro Congreso no va a dejar de legislar como decida la mayoría de sus miembros, por más que lo demande vuestra insufrible alianza de entidades foráneas cobijadas bajo el manto de corrupción que transpiran las oenegés transnacionales. Nuestra República es independiente; y exclusivamente atenderá la opinión de aquellos organismos a los cuales, formalmente, recurra nuestro gobierno. ¡No cuando lo demanda una grita transnacional! ¡Ni tampoco los popes caviares; gente despreciable que jamás ha sido favorecida por el voto ciudadano! Condenamos severamente semejante intromisión extranjera, y repudiamos las actitudes de quienes las reverberan.

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