Con Vizcarra en Palacio las elecciones no serán limpias

La vacancia que hoy discutirá el pleno del Congreso es mucho más potente que la que se pidió cuando se conoció el tema “Richard Swing”; estamos hablando aquí de cuando menos 6 aspirantes a colaboradores eficaces que señalan que el presidente sustituto habría recibido coimas. Anoche se emitieron algunos informes que dan cuentas de más y más mentiras del moqueguano, quien ha resultado increíblemente un mitómano más peligroso que Alejandro Toledo. Es bueno poner en perspectiva que por mucho menos que esto Kuczynski renunció. Sin duda el mandatario actual jamás se alejaría por propia voluntad de Palacio de Gobierno. Si al Congreso le queda dignidad hoy debe destituir a Vizcarra. Se ha vuelto indefendible. Todo esto sin tener en cuenta las múltiples causas que tiene en Moquegua, sin contar además el negociado evidente de Chinchero y obviamente sin tener en cuenta la gran corrupción que ha propiciado en el contexto de la pandemia, en donde su entorno se ha enriquecido por ejemplo con las pruebas rápidas o hasta con los ranchos de la Policía. La política peruana ha tocado fondo desde que Vizcarra cerró el Parlamento y ha gobernado sin frenos ni contrapesos. La intervención a Luna Gálvez, líder del partido clientelar “Podemos Perú”, delata que con tal de evitar la vacancia los poderes que sostienen a Vizcarra están en disposición de realizar cualquier maniobra. Altamente peligroso.
Es evidente que no está capacitado moralmente para ejercer la primera magistratura del Estado, pero hay una razón adicional de la que los legisladores deben ser conscientes: si Vizcarra sigue al frente del Gobierno no habrá elecciones limpias , tiene demasiados pendientes con la justicia, va a buscar manipular el proceso a toda costa, orientar recursos y equipo humano financiado con el tesoro público. Será un espectáculo bochornoso del que espero el Parlamento -marcado es cierto por la irresponsabilidad y la medianía- nos libre.
No quiero dejar de mencionar en esta columna lo alarmantes e impropias que son las declaraciones de la doctora María Elena Ledesma, quien viene politizando su actuación al frente del TC, ella rechaza la vacancia pues es aliada de Presidente y pretende quedarse en el cargo ilegítimamente. La fiscal de la Nación Zoraida Ávalos -una versión moderna de Blanca Nélida Colán- y la propia Ledesma parecen ser más bien las lideresas del equipo de defensa legal de Palacio de Gobierno. Hacen mejor trabajo que la ministra de Justicia, Ana Neyra, quien ha dicho que si vacan a Vizcarra sería contraproducente pues todos los ministros, viceministros y directores se irían. Curioso y torpe pues esta declaración más bien animaría a muchos a mostrar simpatía por la vacancia, para que esta salida nos libre de un Gabinete y sus subalternos bastante incapaz y chato.
Inaceptables también son las expresiones del primer ministro Martos, las que han demostrado una actitud clara y abiertamente golpista al señalar, aunque después dulcificó sus declaraciones, que las Fuerzas Armadas no iban a permitir la vacancia. Fanfarronería autoritaria. Yo no le creo que él hable en nombre de la mayoría de la oficialidad militar, que en los últimos años 20 años han demostrado su convicción democrática; además de que ya vieron las consecuencias que acciones temerarias e ilegales ocasionaron en los uniformados que se embarcaron con Fujimori.
Por todo este contexto esperamos que hoy el Congreso nos sorprenda tomando una decisión necesaria e ineludible. Vizcarra debe ser vacado.