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“Con todo respeto, señor Presidente”

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Fecha Publicación: 09/04/2022 - 22:45
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El “toque de queda” decretado por el gobierno en Lima y Callao, el día martes pasado, a muy altas horas de la noche del día anterior, produjo un efecto boomerang inesperado que se manifestó en una de las marchas espontáneas más multitudinarias que se haya visto contra el Presidente, pidiendo su renuncia.

A las 12 del día, se empezó a escuchar el sonido sordo de las tapas de ollas, al unísono, saliendo desde las ventanas de las viviendas de los diversos distritos de Lima, en protesta por la incapacidad y corrupción del Gobierno y, sobre todo, por la defensa de la libertad que, con cualquier pretexto, se nos estaba arrebatando, pisoteando los derechos ciudadanos consignados en la Constitución. Inmediatamente después, grupos nutridos de familias y vecinos, se dirigían a pie a la Plaza San Martín portando banderas.

El Presidente, que había concurrido al Congreso de la República con algunos ministros, invitado a informar sobre la crisis del paro de transportistas, a nivel nacional, y para dar a conocer a los parlamentarios la necesidad de determinadas leyes que deberían aprobarse con urgencia, como la reducción del IGV, a los productos de la canasta básica; salió después de una hora con la promesa de levantar el “toque de queda” y el pretexto que debía firmar tal Decreto de Urgencia, lo cual no llegó a concretizar.

Pero la desobediencia civil pacífica se había producido y Castillo Terrones tuvo que retroceder; aunque, lamentablemente, llegada la noche, la manifestación fue infiltrada por delincuentes que cometieron actos de violencia en algunas tiendas y uno de los locales del Poder Judicial. La marcha y las críticas que le caían al Presidente, de tirios y troyanos, hicieron su efecto, debilitando, más aún, al Gobierno y lo obligó a salir de Lima, en busca del apoyo de las maquinarias partidarias “portátiles” provincianas, para seguir adelante.

El Presidente y su Corte viajaron a Junín en busca de oxígenos, después del sofocón de Lima y, cuando se sentía ya lejos del “Renuncia, ya”, en un coliseo rodeado de partidarios, donde, se había filtrado, al dedillo a los asistentes, apareció un ciudadano que con “todo respeto, Señor Presidente”, cara a cara y con voz alta y nítida, le pidió que dé un paso al costado, por los actos de corrupción e incapacidad que comprometían a su gobierno.

Vaya donde vaya, todo el Perú se lo pide y el Gobierno sabe muy bien que está creciendo exponencialmente el repudio del pueblo contra su gestión; sin embargo, tanto para Castillo, como para su entorno, parece que no pasa nada; aunque es obvio que nombra ministros con oscuros antecedentes y de que, hay personajes como su ex secretario y sus sobrinos, requeridos por la Fiscalía por actos, supuestamente, graves. Dina Boluarte, la vicepresidenta, lo acompaña en estas giras provincianas y se dedica a cantar “Justicia no hay en la tierra, justicia solo en el cielo…”, lo cual suena hasta burla para quienes piden la solución a problemas esenciales.

Canten lo que canten, este gobierno está tan desacreditado que no puede continuar, ni Castillo ni Boluarte, ella también en falta por no haber renunciado al Reniec para postular, asunto que la ONPE de Corvetto se ha hecho de la vista gorda; pero, además enredada en el asunto de aportes de campaña y muy cercana al extremista Vladimir Cerrón.

No queda más que el “borrón y cuenta nueva”. El Presidente debe renunciar y Boluarte cumplir con su promesa de irse también con él.

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