Con la mira en el 2021
Cuando se recorren las calles de Lima y sin duda del Perú, apreciamos muchísimos carteles presentando a candidatos de todas las agrupaciones que participaron en estas elecciones congresales extraordinarias. El despliegue callejero, evoca la frase bíblica “muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Eso pasa en toda elección siendo inevitable que así sea para el funcionamiento de la democracia.
A la vista del conteo rápido tuvimos un cuadro disgregado que señala una gran realidad: el 26 de enero el Perú se mostró como un país en busca de una respuesta que finalmente no le dio la razón a nadie, a los que votaron, a los que no votaron y a los habiendo ejercido el sufragio anularon su voto o lo dejaron en blanco. Bajo esta mirada debemos considerar ciertas cifras fundamentales poco difundidas pero que merecen una explicación.
El Perú en números gruesos tiene a la fecha alrededor de 25 millones de ciudadanos electores, de los que 24 millones viven en el país y cerca de un millón en el exterior. Si partimos de la base que el promedio de ausentismo en los comicios de los últimos diez años ha sido del orden del 25 %, podemos esperar una cifra de votantes no mayor de los 19 millones de electores. Dentro de esa cifra máxima de 19 millones de votos, se puede estimar un 25% de votos blancos y nulos, lo cual la reduce a alrededor de 14,250,000 votos emitidos.
Dentro de esa cifra debemos movernos conforme a los resultados finales que arroje el Jurado Nacional de Elecciones para los comicios congresales del 2020. Sobre la votación emitida en cada circunscripción electoral se tendrán que descontar las agrupaciones que no alcanzaron el 5% de los votos, cuyos sufragios en el ámbito congresal simplemente se pierden para la cifra repartidora. En el ámbito presidencial se cuentan todos los votos.
¿Qué les queda entonces a los partidos para las elecciones del 2021? En el ámbito presidencial deben presentar una fórmula que convoque la mayor simpatía nacional y que simultáneamente despierte el menor rechazo regional. En el ámbito congresal la figura tiene mayor complejidad, porque la simpatía y el rechazo se expresan en forma mucho más localizada según los candidatos que postulen en cada circunscripción, teniendo en cuenta sus fortalezas así como debilidades locales. Considero que esta es la tarea que todos los partidos deben realizar desde Acción Popular para abajo si quieren sobrevivir en las próximas elecciones.