¿Cómo leía Michel Foucault?
Michel Foucault leía como cientista social, como “auctor”, como creador. Debo ser directo: Foucault, como cientista social, tenía reglas para leer. Es decir, leía para crear enfoque y, a partir de ahí, construir teoría, cualquier teoría. Este artículo se plantea la siguiente cuestión: “¿Cómo hacer una lectura de “auctor”, que quizá sea infiel a la letra de Foucault, pero fiel al espíritu foucaultiano?”. Para ensayar una posible respuesta debo elevarme sobre los hombros de un gigante que mira a otro gigante: Pierre Bourdieu mira a Michel Foucault, y lo delata, pues nos cuenta cómo lee Foucault, y cómo hace hablar, foucaultianamente, a otros autores. Bourdieu se ocupa del método de Foucault, en su artículo titulado “¿Qué es hacer hablar a un autor? A propósito de Michel Foucault”, que forma parte de la edición del año 2011 de su libro “Capital cultural, escuela y espacio social”, y de ediciones de otros de sus libros. Como sabemos, Bourdieu es autor, junto a Jean-Claude Passeron, y Jean-Claude Chamboredon, de “El oficio de sociólogo. Presupuestos epistemológicos”. Lo cual hace que la lectura metodológica de Bourdieu sobre Foucault, sea muy importante. Bourdieu, como Foucault, sabe que las teorías sociales y políticas no se aplican, y que de lo que se trata es de crear enfoque. Pues, el enfoque ya es una herramienta metodológica que permite pensar sociológicamente. En verdad, la primera competencia del oficio de cientista social es saber construir enfoque, pero, para ello, es necesario saber leer como “auctor”, como creador. Atendamos a Bourdieu, pues nos plantea una cuestión gnoseológica: “Foucault dijo que había leído a este o aquel autor no para obtener conocimientos, sino para sacar de allí reglas para construir su propio objeto. Hay que distinguir entre los lectores, los comentadores, que leen para hablar en seguida de lo que han leído; y los que leen para hacer alguna cosa, para hacer avanzar el conocimiento, los auctores”. Entonces, a decir de Bourdieu, las ciencias sociales tendrían las siguientes clases de lectores: los “auctores”, o creadores de teoría; los comentaristas, o comunicadores de lo leído; y, agrega, los profesores, que constituimos una especie de filtro administrativo, entre lo leído de los autores y lo que reciben nuestros estudiantes.
Nuevamente, atendamos a Bourdieu, pues también nos plantea una cuestión sociológica: “Una lectura de lector que quiere comprender realmente a Foucault en tanto que auctor, en tanto que creador de pensamiento y no lector letrado del pensamiento de los otros… ¿no debería, esta lectura, ir más allá de la lectura de los textos?”. Bourdieu nos remite a su teoría de los campos académicos, como lugares de la relación saber-poder, de la lucha por la hegemonía, y hasta por el monopolio, de la ciencia social, de su concepto puro y operacional, de su administración como lenguaje y como institución. Algo más: Nos remite a la posición que ocupan en sus propios campos, tanto el autor, como el lector. Para leer como Foucault, hay que tener sentido de sociología de la ciencia, o de lo que Bourdieu denomina “los usos sociales de la ciencia”. Por supuesto, también hay que tener sentido de comparación: por el espacio: de máxima semejanza o máxima diferencia, entre el campo productor del conocimiento y su contexto cultural, y el campo receptor y su propio contexto cultural; y, por el tiempo: de condición sincrónica o de condición diacrónica, entre el campo productor y su proceso histórico y social, y el campo receptor y su propio proceso histórico y social. Otra vez, debo ser directo: Foucault, como cultor de la ciencia social legaliforme, tenía reglas para ejercitar su construcción de objetos nuevos, y su derecho-deber de ruptura. Foucault se opone a la fetichización de la ciencia social, y de un autor, porque tenía reglas para leer como “auctor”, como creador.
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