Códice, NRO. 3
La palabra “códice” nos remite a las primeras publicaciones, a aquellos documentos de piel de venado o de papel amate sobre el que las antiguas civilizaciones dejaba registro de su historia.
Cuando el poeta Miguel Ángel Zapata me comentó sobre la reaparición de “Códice, revista de poesía”, no pude evitar imaginar a los poetas escribiendo sobre aquellos materiales. Escribo esto a razón de que acabe de publicarse el tercer número de esta emblemática revista.
Miguel Ángel, radicado en Nueva York, ha reunido un equipo que tiene en Juan Arabia, Rosella Di Paolo, Carlos López Degregori, Miguel Ildefonso, Martín Rodríguez Gaona, Leopoldo Castilla, Roger Santiváñez, y este servidor, su comité consultivo. Y, cómo no, a Raquel Lanseros, Marco Antonio Campos, Víctor Manuel Mendiola, María Ángeles Pérez López y Juan Carlos Mestre, su comité asesor. Equipos que habrían ido hacia ninguna parte sin la dirección creativa de la poeta Ale Pastore y el cuidado editorial de Cecilia Podestá.
Se trata de unos de los principales registros de la respiración poética actual que recupera a nuestros clásicos, poniéndonos frente a ellos con esa personalidad fetiche propia de quienes sienten al poema como un acto de voluntad y de trascendencia.
Los manuscritos de Jorge Eduardo Eielson, María Ángeles Pérez López, Hugo Mujica, Efraín Bartolomé y Martín Rodríguez Gaona, entre otros, confirman la vitalidad de un aporte que ha retornado para quedarse. Con poemas de Ida Vitale, Eduardo Mitre, Antonio Colinas, el recientemente desaparecido Nuno Júdice, Marco Martos, Jorge Pimentel, Xavier Echarri, Margarito Cuéllar, Juan de la Fuente, Fernando Valverde, Iván Oñate, Marco Martos, César Biso, Iván Oñate, y secciones como “Poemas fundamentates de hoy”, “Trans-Textos”, y ‘”Ensayos y artículos, Códice”, se constituye como una de las revistas culturales más importantes del espectro poético.
Extrañábamos una publicación así, algo que llegue como una vereda donde caminar con la poesía, Códice no solo está construyendo una vereda, sino un espacio por el que seguiremos caminando con la seguridad de nuestra confianza a sus editores. Sé que Miguel Ángel y Alessandra, soñaron un momento así, que Códice siga siendo ese bello pretexto para capturar la belleza; lograr el tercer número, en un país como el nuestro, resulta una hazaña.
Hago votos para que dentro de algunos años, tenga la emoción y la premura de este domingo, para continuar escribiendo, atento al último número de la revista que dirige Miguel Ángel. Salud, por Códice.
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