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Ciudades postergan inversiones en aguas residuales

Fecha Publicación: 23/01/2019 - 21:20
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Cuando las ciudades crecen con nuevas urbanizaciones, pobladores y caminos, uno de los aspectos que queda rezagado son los desagües. En los últimos días hemos comprobado que una ciudad cuenta con una vida debajo del suelo, que por muchos años los gobiernos locales y autoridades del sector habrían abandonado.

En los cientos de distritos de Lima y las regiones este proceso se repite. Se crean nuevas edificaciones, pero no se tiene en cuenta qué sucede abajo, cuál es el estado de conservación de esas instalaciones, que posiblemente datan de decenios.

Según la Cepal (2014), la resiliencia urbana es la capacidad de una ciudad expuesta a amenazas de resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficiente preservando y restaurando sus estructuras y funciones básicas. A  decir de lo sucedido en el distrito de San Juan de Lurigancho, esto nunca fue pensado ni proyectado.

Es una realidad que el acelerado crecimiento poblacional, en la mayoría de ciudades del país, trajo como resultado una demanda mayor de mejores servicios públicos, entre los cuales están los desagües. Hoy, los gobiernos locales tienen el deber de implementar soluciones integrales al grave problema del deterioro progresivo de estos sistemas. No solo cuando se presenten eventos como el ocurrido, sino para prevenirlos con acciones tangibles.

En la misma línea, los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) marcan la ruta para que en 2030 se mejore la calidad del agua, lo que está relacionado con los desagües porque lo que corre por encima al final llega abajo. Entonces se debería reducir la contaminación al eliminar o minimizar el vertimiento de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentar considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial. También los ODS indican que una proporción de aguas residuales debe ser tratada de manera segura.

De otro lado, si bien la cobertura de la red de desagüe de la mayoría de ciudades del Perú tiene rangos aceptables (INEI 2018), existen otras que están por debajo y lo que no se escribe, ni menos se investiga, es si están bien o en qué estado de conservación se hallan.

Además de ocuparse del estado de las tuberías, los gobiernos deben implementar planes de educación ambiental dirigidos, por ejemplo, a mujeres y hombres encargados de las labores del hogar, estudiantes, empresarios, niños, trabajadores públicos y privados. Y deberán tener planes de contingencia en casos como el que hemos vivido. Se trata de prevenir y encender las alertas sanitarias para minimizar el impacto en las poblaciones.