Cipriani: la centro derecha se reorganiza
Por Hans Alejandro Herrera Núñez
Mientras al presidente de la República le atan los zapatos la policía en plena calle (¿una metáfora de la incapacidad?) y en el Congreso se conversa a fuerza de jalones, en San Isidro empezaba el lanzamiento de la campaña distrital de Javier Cipriani. Lo que podría haber sido otra presentación de campaña aburrida de un distrito más, terminó siendo algo más relevante de lo que esperaba. Muchas veces la esperanza o la sospecha del futuro panorama político nacional, se miden en los nombres que saltan en las campañas distritales.
En momentos de una crisis global, con una economía estancada y una situación geopolítica tensa en Ucrania y ahora además en Taiwán, el Perú como nunca se encuentra en estado de vulnerabilidad frente al futuro que se acerca corriendo. Mientras los interminables gabinetes ministeriales del gobierno, que no terminan de reciclarse, carecen casi en su totalidad de perfiles ministeriales (exceptuando a los ministros de Relaciones Exteriores, por ser la Cancillería lo único todavía organizado dentro del Estado), en la presentación de campaña al distrito de San Isidro de Javier Cipriani, estuvo presente y concentrado nombres con más perfil técnico y ministeriable que todos los futuros gabinetes que el presidente Castillo pudiera tener hasta 2026.
Sorprende e indigna, y entristece, saber que la gente capaz de solucionar los problemas de la República solo puedan alcanzar a ser debidamente aprovechados en políticas distritales, literalmente ocupándose de sus vecindarios. Bien por San Isidro, pero qué mal por el resto de nosotros. Desaprovechar nombres como los que estuvieron presentes junto a Cipriani el pasado miércoles, día de su presentación de su campaña, debería ser crimen de traición a la patria, o de plano declararnos inimputables cómo país. Nombres como el economista y docente de la Universidad de Lima Carlos Neuhaus, o del docente de la escuela de negocios de la Universidad de Piura José Ricardo Stok, así como también Gonzalo Rodríguez Larraín o Jorge Villena o José Tudela, y el resto del equipo técnico de Cipriani o sus candidatos a regidores, ya no son un lujo como nos vendía PPK hace seis años su gabinete, sino precisamente una necesidad de seguridad nacional, más ahora que el pollo vuela por las nubes y el pasaje del Metropolitano es un agujero en el bolsillo de más de dos millones de limeños al día. En serio, bien por San Isidro y lo fenomenal que le irá con semejante equipo, pero por otro lado, qué coraje por el país. Porque sí, el Perú es un país de desigualdades, y la más profunda es en el desaprovechamiento de los cuadros técnicos que más se necesitan.
Cipriani no solo es el hombre entorno al que se rodean estos nombres, sino también la oportunidad precisa en que se reestructura una centro derecha hasta hace poco desorganizada. En la presentación del miércoles de la campaña de Cipriani estuvieron presentes Lourdes Flores y Lourdes Alcorta, pero también el congresista Cavero, entre otros. Más que un reencuentro de caras conocidas, representaba la atmósfera de una derecha en reestructuración.
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