China y Brasil y su acuerdo de entendimiento por Chancay sin Perú
No podía ser más esclarecedor que enterarnos de un Memorándum de Entendimiento entre China y Brasil sobre el inicio de conversaciones para trabajo técnico in loco para levantar una vía férrea que, cruzando todo Brasil, llegaría hasta el mega puerto de Chancay, sin el concurso del Perú. Junto a esta penosa realidad que vuelve a repetirse en la historia bicentenaria de nuestro país dado que el Perú es el último en enterarse de los planes que se van bosquejando sobre su propio territorio, no perdamos de vista la actitud político-diplomática de China, nuestro primer socio comercial y de Brasil, nuestro vecino con el cual al inicio del siglo XXI decidimos una alianza estratégica para dejarnos de mirar de espaldas como perfectos siameses. No hay duda, entonces, que nuestra política exterior ya no pesa nada y esta realidad contrasta con la de otros tiempos de enorme influencia y en que hubiera sido impensable que se produjera el trágico contexto que acaba de ser desnudado. Solamente un orate, un mezquino o un irresponsable podría oponerse a que pudiera hacerse realidad tan importante ciclópea obra de envergadura bioceánica. Allí no está el punto de nuestra crítica si no en que el Perú ha sido ninguneado por Brasil y China. Si acaso el acuerdo chino-brasileño no hubiera hecho ninguna referencia a Chancay, no tendría sentido que saliéramos al frente, pero ha sido exactamente al revés. De hecho, sus expertos realizarán estudios técnicos de factibilidad mirando el Pacífico peruano, lo que incluirá inexorablemente Chancay. Tiene lógica que ambos países, sobre todo China, le haya puesto la mira a Chancay, pues su construcción ha contado y seguirá contando con enormes inversiones precisamente de Beijing. Lo que no la tiene es que habiendo la presidenta Boluarte viajado en visita oficial a China, en junio de 2024, y Xi Jinping a Lima noviembre de ese mismo año, y en esa misma condición, además de participar en los desarrollos de APEC en nuestro país, el canciller Elmer Schialer haya dicho al país que se estaba enterando por los medios de la firma del referido memorándum. Si esa es la realidad profesional del jefe de la diplomacia peruana entonces se confirma que nuestra política exterior está a la deriva o sencillamente no existe. Todo lo que haga este gobierno para bien como la compra de los aviones de combate, lo apoyaré, y todo lo que haga mal, lo criticaré, con el único objetivo de velar por los intereses del Perú. El canciller Schialer ha demostrado que no sabe lo que se cree que sabe y lo digo respetuosamente. El ministro de Relaciones Exteriores de turno no debe ser un sabelotodo en política exterior porque esos son los que menos saben o no saben nada, si no, en cambio, debe tener mucho olfato en política exterior, que es distinto, y la astucia para saber mover las piezas en el tablero de las relaciones internacionales del Perú, de lo contrario, nos seguirán haciendo enroque corto como ahora.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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