Chancay: problemas a la vista
Como reseñaba ayer la nota de portada de EXPRESO, un tema de trascendencia que fue ampliamente debatido durante la reunión de APEC en Perú fue la inauguración del puerto de Chancay. Desde una perspectiva integral, este puerto representa una oportunidad histórica para nuestro país. Sin embargo, uno de sus problemas medulares —comentado insistentemente desde hace más de un año por este escriba, pero ignorado por las autoridades del gobierno— es la cantidad y calidad de las vías de acceso y salida necesarias para un puerto de esta magnitud.
La movilización eficiente y segura de la carga y descarga de las naves es crucial. Las embarcaciones que atracarán o zarparán desde Chancay serán de enorme eslora y profundo calado, transportando variada carga de importación y exportación: minerales, alimentos, automóviles, tractores, camiones, manufacturas mecánicas, hidráulicas, electrónicas, entre otros bienes que Perú requiere del mercado exportador abierto por China.
Si bien la mayoría de nuestros productos exportables hacia China saldrán por Chancay, estos provendrán de diversas regiones del país, particularmente del sur. En su mayoría, hablamos de minerales y alimentos, ambos requerirán ser embarcados previamente en contenedores y trasladados a Chancay en camiones. Aquí radica el problema: estos vehículos circularán por la destruida, estrecha y obsoleta Carretera Panamericana Norte, que hoy parece más una calle que una vía de transporte eficiente.
Esta carretera, única conexión entre Lima y Chancay, soporta ya un tráfico descomunal: autos particulares, colectivos, microbuses, camiones, tracto vehículos, minibuses, ómnibus, taxis, motos, triciclos y bicicletas. En su estado actual, llena de semáforos y con un tráfico pesado, un viaje de Lima a Chancay toma entre tres y cuatro horas, y lo mismo en el trayecto inverso. Ahora imagine lo que será cuando el puerto de Chancay esté operativo: cada arribo o zarpe de una mega nave implicará miles de camiones transportando contenedores llenos hacia Chancay, y otros tantos regresando con los vacíos, por la misma vía.
Cada barco a tope de carga que zarpe hacia China requerirá miles de viajes de camión para llenarlo; lo mismo ocurrirá al descargarlo. Pero la Panamericana Norte continuará siendo la única ruta. Si hoy un vehículo tarda tres o cuatro horas en llegar a Chancay, imagine el caos con miles de camiones adicionales circulando.
Una solución ignorada
Hace un año planteamos una solución: sugerimos al Ministerio de Transportes y Comunicaciones que recupere la vía férrea por donde circulaba el tren Lima-Pativilca, con paradas intermedias en Ancón, Chancay y Huacho. Esta alternativa aliviaría la presión sobre la Panamericana Norte, ofreciendo una opción eficiente y sostenible para el transporte de carga y pasajeros.
Sin embargo, el ministro de Transportes, Raúl Pérez, ni siquiera consideró la propuesta. La inacción de su sector refleja una alarmante ineptitud frente a las urgencias del país. Esta falta de planificación pone en riesgo el éxito del puerto de Chancay, que podría convertirse en un problema antes que en una solución.
Ministro Pérez, su incapacidad para abordar esta situación crítica podría condenar a Chancay a un caos logístico y operativo. ¡Es hora de actuar para evitar un desastre anunciado!
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