¿Chancay chancado?
En primer lugar, debemos decir que la mayor obra portuaria del Perú de todos los tiempos, es decir, el mega puerto de Chancay que se promociona con justificación con bombos y platillos, por su enorme connotación económica para el país, se viene construyendo sin contrato, aunque usted no lo crea, estimado lector. Esta realidad confirma que somos un país chicha y actuamos dominados por el “así nomás”. La detección de esta gravísima falencia legal –es irrelevante que sea descubierta o revelada a escasos 8 meses de su inauguración, sea por acuciosidad jurídica o por acto deliberado buscando frustrar su objetivo final de explosivo funcionamiento naviero–, es imperdonable considerando la connotación comercial y geopolítica para el país. Lo primero, entonces, es un jalón de orejas a los responsables de la mala hechura jurídica. He leído con detenimiento todo lo que he podido recopilar y concluyo que el contrato se hizo extra legem, es decir, fuera del marco normativo que normalmente regula el otorgamiento de la exclusividad a las concesiones que operan en el Perú. La empresa Cosco Shipping creyó contarla, pero no la tenía, pues no figura ni por asomo en el artículo 2 de la resolución que, como corresponde, la procuraduría, advirtiendo el error, pidió inicialmente su nulidad. Pero lo más grave es que más allá de la imperdonable falencia legal, quieran detener este enorme proyecto de indiscutible beneficio para nuestro país.
El asunto debe ser corregido, rápidamente, pero con profesionalismo y sin tregua para un nuevo error, pues como siempre digo en mis clases, jamás los hombres debemos ser esclavos de las normas jurídicas. Si hay que corregir o adecuar las leyes y no por capricho o conveniencia, si no por necesidad y beneficios indiscutibles, como es el caso del mega puerto de Chancay, pues debe hacerse. Es lo que llamo el pragmatismo responsable respetando el espíritu de la norma y del Pacta Sunt Servanda, que es el fiel cumplimiento de lo acordado. Ahora bien. Eso ha pasado porque los involucrados en sacar adelante el proyecto portuario, han venido trabajando obnubilados en las ganancias que dejará la alta movilidad marítima para los exportadores y, en general, para el país, que es lo que en el fondo nos debe importar. Así como están las cosas, un juez, de esos a los que les gusta ver tres pies al gato, podría dictar, sabe Dios, si motivado por determinados intereses o por razones ideológicas, medidas que podrían llegar en extremis a paralizar las obras, lo que sería una completa locura, creando la incertidumbre jurídica, de muy difícil curación, en el marco en que se encuentra la obra marítima en Chancay. Lo digo a priori precisamente para que ni por asomo lo piensen, antes que se dejen envolver -repito- por intereses, seguramente exógenos al Perú, que ven con preocupación la enorme ventura geopolítica peruana en la Cuenca del Pacífico, y aun cuando esto último tampoco es para creer ciento por ciento que el problema legal surgido haya sido impulsado, por ejemplo, desde Chile y con la aquiescencia de los Estados Unidos de América. No. Es probable que estén valiéndose ciertos intereses de los errores jurídicos, que es distinto, y aun cuando tampoco debemos ser tan cándidos como para negar ciegamente la premisa anterior. Menos aún creo que el gobierno peruano esté detrás de todo lo que comentamos. Eso sería persuadir con mala entraña y debemos condenar esas actitudes traidoras y mediocres. Así creído del Gobierno sería lo mismo que decidiera dispararse a los pies pues una sospecha, una vez confirmada por China, significará la cancelación de la presencia del presidente Xi Jinping para el acto de su inauguración en noviembre en que se desarrollará la Cumbre de APEC en nuestro país, y eso sería no tener el corazón de un buen peruano. Sería mezquino. Déjense de chancar a Chancay y de especulaciones, y procedan a efectuar las correcciones de acuerdo a derecho, eso sí, y con la mayor celeridad, y sigamos imperturbables en el camino de ver esta obra realizada para beneficio de todos los peruanos.
Excanciller del Perú e Internacionalista
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