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Central y el boom gastronómico

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La ira de los ilegales.
Fecha Publicación: 04/07/2023 - 21:50
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El reconocimiento a CENTRAL como el restaurante número uno del famoso ranking The World’s 50 Best Restaurants 2023, lleva a que los peruanos hablemos de un nuevo boom gastronómico. Pero lo cierto es que esta afirmación es una percepción endogámica. Esta experiencia sirve para comprobar que este supuesto boom solo existe en nuestra imaginación.

La gastronomía peruana, lamentablemente, no se ha convertido en un modelo de negocio global que sirva para conquistar otras plazas del mundo.
Me explico.

El año 2009 se inició un supuesto boom. Gastón Acurio y un grupo de chefs peruanos fueron protagonistas de un nuevo concepto para fortalecer nuestra marca país. La fusión que caracteriza a nuestra comida logró desarrollar un primer paquete de recetas que pusimos a disposición en más de 80 países del mundo, gracias a una alianza estratégica con el líder mundial de alimentación y facilities management llamado Sodexo.

Estas recetas crearon un menú peruano que pudo ser replicado en cualquier parte del mundo. Más de 20 platos fueron incorporados en los comedores donde Sodexo alimenta a diario a más de 75 millones de personas.

Esta iniciativa, sin embargo, no tuvo un sostenido respaldo del Estado peruano. No logramos convertir nuestra gastronomía en un sello internacional que logre ser identificado como hoy se perciben comidas como la italiana, la francesa, la japonesa o la mexicana. Tampoco fuimos capaces de convertirlo en un pilar estratégico para la venta del país como destino turístico y de comercio exterior.

Lo que ocurrió fue un reconocimiento momentáneo que apenas incorporó una ruta turística más para los ciudadanos globales que visitan nuestro territorio.

El reconocimiento de CENTRAL vuelve a poner en escena los altos estándares que logra un tipo de comida fusión, muy particular y producto de una iniciativa estrictamente privada, sin ningún tipo de apoyo estatal. Este pequeño detalle es el que marca la diferencia entre lo que es un éxito empresarial particular y lo que sería un boom gastronómico global.

Esto no ocurrió el año 2009 y tampoco ocurre hoy. Un dato muy simple lo demuestra. Si realmente existiese un boom gastronómico, ¿por qué reconocidas cadenas de restaurantes prefieren ir a otros destinos para invertir en nuevas sucursales, como Colombia, Chile, Brasil y Argentina, y abandonan el Perú como destino de sus inversiones?

Un verdadero boom requiere convertirse en una apuesta país. Difícilmente ocurre cuando más del 95% de la oferta local es informal o ilegal, sin estándares de calidad ni de seguridad alimentaria, sin grandes inversiones peruanas en otros destinos del planeta. Quienes invierten en el mundo son muy pocos y sus cifras de inversión resultan insignificantes comparadas con la competencia global.

¡Soñar no cuesta nada! Eso está muy bien. Pero no podemos seguir engañándonos como país. No podemos convertir un éxito privado en un éxito país porque simplemente se nos ocurre. ¡No sigamos vendiéndonos simulacros!

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