Castillo nunca tendrá ni honor ni gloria
La ‘Operación Patriota’, llevada a cabo recientemente en el Vraem (Vizcatán) marca un hito importantísimo en la lucha contra el sanguinario Sendero Luminoso. Luego de la captura de Abimael Guzmán en 1992, la organización senderista se dividió entre los seguidores del líder máximo que postulaban el llamado ‘Acuerdo de Paz’ y Proseguir, que planteaba continuar con el terrorismo, afincándose en el Vraem en alianza con el narcotráfico, causando muertes entre las fuerzas del orden y la población civil.
En la ‘Operación Patriota’ las fuerzas militares y policiales hirieron gravemente al cabecilla del Sendero del Vraem, Víctor Quispe Palomino. Se abatieron a cerca de 11 senderistas, hiriéndose a muchos más. También se incautó importante material: radios -cortándose la comunicación entre los subversivos- fusiles que robaban a los uniformados en las emboscadas, lanza granadas, documentos, etc. Los terroristas han sido devastados.
La trascendencia de esta acción es incalculable. Militarmente fue un éxito. Si bien murieron valientemente dos militares y no se capturó al asesino Quispe Palomino, Sendero del Vraem ha recibido el golpe más fuerte en la historia de esta organización subversiva. Está herida de muerte. Que las fuerzas del orden hayan encontrado el bastón, la gorra y apuntes de Quispe Palomino es un mazazo contundente.
Políticamente el impacto de este preciso e inteligente operativo es incalculable. Queda claro que el caco Pedro Castillo nunca tendrá ni honor ni gloria. En despreciable actitud, no ha celebrado ni felicitado esta noble acción. La razón es clara. Los aliados de Castillo, Vladimir Cerrón, dueño de Perú Libre, Guillermo Bermejo y Guido Bellido tienen procesos por terrorismo. Estos tampoco han dicho nada. Hay testimonios que señalan que Quispe Palomino financió la campaña electoral de Perú Libre a través de Vladimir Cerrón con la participación de Bermejo.
Deben estar perplejos y preocupados ante la triunfante operación militar que duró cuatro largos días. Sintomático también que en ese lapso renunciara el ministro de Defensa. Se afirma que no estaba al tanto del ataque, por ende, tampoco Castillo. Resulta alentador que las FF.AA. se separen del gobernante prosenderista.
Una buena parte de la población anhela que las FF.AA. den un golpe militar, cosa que resulta altamente improbable. Sí hay que estar atentos a que Castillo no las cope y alertarlas de los riesgos judiciales que conllevaría acompañar un intento de cierre del Congreso con el que sueña el régimen. Los rumores son fuertes de que Castillo y su banda están movilizando a gente (comprada evidentemente), para realizar una algarada contra el Legislativo.
Aunque cuando uno se pregunta ¿cómo se concretaría la mecánica de semejante tropelía, a machete limpio, con balas, etc.?, la respuesta es difusa. La razón es que resulta muy difícil poner en práctica semejante plan. Lamentablemente vimos a las FF.AA. respaldar el golpe de Estado del ‘Lagarto’ Vizcarra, quien luego fue vacado por el Congreso. Una postura que requiere de una autocrítica de parte de los uniformados.
Castillo se hunde en un mar de colaboraciones eficaces gracias a la Fiscalía. Los hermanos Espino ya señalaron ser testaferros de la familia Paredes, vía Yenifer y Lilia Paredes, esposa y cuñada del mandatario. Luego de la corajuda ‘Operación Patriota’, resultaría ilógico un apoyo político de las FF.AA. al gobernante ladrón que se ha enquistado en el poder.
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