Castillo: ¡Basta de bravatas!

El aún presidente Pedro Castillo Díaz y no Terrones justificó enfermizamente su pedido a que los dirigentes de las organizaciones sociales a nivel nacional acudan a Palacio de Gobierno, al asegurar que el objetivo es convertir sus salones en un espacio para recibir al pueblo; vale la pena acotar que el Palacio de Gobierno no es un mercado, chacra o chingana.

En su bravuconada afirmó “Quieren callar, amordazar al pueblo. ¿Qué tiene que estar recibiendo a los dirigentes en Palacio? No quieren que abramos Palacio al pueblo porque en esos salones, en esos ambientes de Palacio, ahí se cocinaban los grandes actos de corrupción”, fue su bravata, desde un evento en San Martín, ofendiendo la memoria de los expresidentes en 200 años de vida republicana.

“Ahí se dormían y ahí se tomaban los grandes tragos con los grandes grupos de poder. Hoy no tienen espacios, porque hoy es espacio del pueblo para recibirlos. Es el espacio de hombres y mujeres que fueron ninguneados”, agregó estúpidamente para dividir más a los peruanos. Llegando al extremo del cinismo insistió en cuestionar las investigaciones contra él y su familia, incluyendo la detención de su cuñada, Yenifer Paredes. “Van a seguir doblegando. Van a quebrar a la familia. Como dije hace rato, lo que se han empeñado a querer meter hasta en nuestro propio domicilio para sacar enmarrocado a nuestra familia para decir al país, esta es la familia corrupta”, sentenció, ante el aplauso de una masa ignara.

El aún inquilino precario de la Casa de Pizarro, sobre quien pesan seis carpetas fiscales, acusó a los gobiernos anteriores de maquinar “grandes actos de corrupción” en las instalaciones de Palacio de Gobierno, propio de un resentido social.

La detención de su cuñada, en el marco de la investigación por el presunto delito de tráfico de influencias, también incluyó a los hermanos Espino Lucana y de José Nenil Medina Guerrero, alcalde de Anguía y amigo de Castillo.

Aprovechó en reprochar que se esté impulsando en el Congreso de la República, una denuncia constitucional en su contra, por el delito de traición a la patria. “¿Saben por qué piden la vacancia, la destitución o la inhabilitación del presidente? No les gusta que un chacrero, un campesino, esté en Palacio”. Lo que no nos gusta es que un presidente mienta y tenga seis investigaciones en la fiscalía y que pretenda ceder territorio a Bolivia.

Es evidente que Castillo se encuentra acorralado y pretende colgarse por enésima vez de las faldas del pueblo para dividir más, siguiendo la pauta de su otoñal presidente del Consejo de Ministros, buscando la confrontación entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Ministerio Público. Castillo hasta ahora afronta seis investigaciones a nivel fiscal y la única razón por la que se mantiene en esa posición es porque tiene a un Congreso de la República sumergido en un letargo.

Castillo está tratando de generar una reacción y polarizando al país cuando es más que evidente que la lista de indicios va en aumento, entonces cual manotazo de ahogado está buscando confrontar para desviar el rosario de denuncias.

La acusación constitucional por el delito de traición a la patria es el único camino que nos queda para salvarnos de Castillo.

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