Castillismo fracasa al intentar liderar la oposición social
La presidenta Boluarte está realizando una gestión mediocre. Lo poco que podría exhibir, como el Mega Puerto de Chancay, es más atribuible a la inversión extranjera que a sus habilidades como conductora de la patria.
Además, la corrupción parece asomar en distintos sectores. El Parlamento ha entrado en un populismo normativo, donde se autoasignan gollerías o se abren el camino para reelecciones más que improbables.
Además, los congresistas han decidido hacerle el juego al gobierno, no fiscalizar ni interpelar con firmeza. Tanto el Ejecutivo como el Legislativo no llegan a los dos dígitos de popularidad; están sumamente desprestigiados y solo parecen interesados en llegar, a cualquier costo político y social, a julio de 2026.
Entonces, la pregunta cae de madura: ¿por qué la respuesta ciudadana a la marcha contra el Ejecutivo y Legislativo tuvo una asistencia tan reducida? Hablamos de pocas decenas, una convocatoria muy pobre. ¿A qué se debe? La respuesta apunta a los intermediarios, a los convocantes públicos.
Es bien sabido que las “tomas de Lima” cayeron en desprestigio por su abierto castillismo, pues en su plataforma de lucha está la liberación del falso profesor campesino y la convocatoria a una Asamblea Constituyente, entre otras ocurrencias antojadizas. Esta necedad ha hecho que el castillismo se desprestigie más aún -ya venía golpeado por el golpe de Estado y los escándalos de corrupción, con miles de dólares en el inodoro incluidos- incluso en zonas donde llegó a ser fuerte.
Escribo estas líneas desde Arequipa, región que venimos recorriendo con dirigentes departamentales del APRA. He constatado, pues hemos pasado por la ruta del valle del Tambo camino a Mollendo, es decir por Cocachacra, La Punta, etc., que la movilización aquí -que además estaba marcada por la oposición al proyecto minero “Tía María”- ha sido muy por debajo de lo esperado, con pocas decenas de personas en cada punto, que bloquearon el paso por unas horas. Baja la respuesta, y eso que es el sur y que se acaba de anunciar que “Tía María” va.
Veo imágenes de Cajamarca y otros puntos y constato la misma dinámica. Los convocantes han fracasado con bastante estruendo.
Los que quisieron sacar provecho de estas movilizaciones y se treparon a la oportunidad y se dejaron ver en Lima fueron Martín Vizcarra y Verónika Mendoza. Mal paso para ambos, pues la rala convocatoria les va a salpicar.
En el caso de Verónika, está cada vez más errática, pagando bastante caro su apoyo a Castillo y su actuar sinuoso en el marco de su gobierno. El moqueguano, con reflejos rápidos y mucho cinismo, declaró sus intenciones presidenciales, desviando la atención de su participación en esta movilización fallida y logrando que el titular sea su candidatura. Sin embargo, las imágenes también le restan mucho. Aun así, hay que exigir que se cumplan las tres inhabilitaciones que pesan sobre él; sería una pésima señal que concrete su postulación. Al parecer, sin querer, estos dos personajes y los castillistas han trabajado para la causa de Antauro Humala.
Las mayorías nacionales quieren -como he constatado en Arequipa- crédito agrario, compras estatales a las mypes, formalización minera, salud pública mejorada, pensiones dignas, mejores escuelas y becas, mano firme contra la inseguridad ciudadana, pistas, veredas, agua potable, etc. Soluciones concretas y reales a sus dolores. Empleo y bienestar.
La democracia debe aumentar el volumen de la prédica social. El APRA está en esa construcción y pienso que todos los partidos democráticos deberían poner acento en el sur, no dejarle este espacio a los radicales.
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