Carta a los empresarios
Señores empresarios:
Ustedes son empresarios porque la economía de mercado es un sistema socioeconómico que permite más gobernabilidad que el comunismo. Gobernabilidad es la capacidad que tiene un gobierno para satisfacer de manera equitativa los requerimientos sociales y económicos de un pueblo.
Un país bien gobernado es aquel que se administra con gobernabilidad, y un país desarrollado es aquel cuyo pueblo exige a su gobierno que actúe con responsabilidad, y no mediante demagogia. Esta última representa una degeneración de la democracia, utilizada por algunos políticos que, con halagos y concesiones por encima de las posibilidades reales del país, buscan alcanzar o mantenerse en el poder, sacrificando el desarrollo del Estado.
Para que un empresario debata con un comunista, debe conceptualizar sus ideas con claridad, alejándose de expresiones impulsivas o emocionales, y recurriendo a argumentos que se acerquen a la justicia social y surjan de la inteligencia y el análisis.
En un mundo imperfecto, diferenciar entre sistemas socioeconómicos de izquierda y derecha requiere entender que no existe un auténtico “centro”. No puede haber un punto medio entre el respeto y el irrespeto por el derecho de propiedad —ya sea este privado, estatal o de cualquier otra índole—. Los políticos que se proclaman “de centro” muchas veces buscan agradar a todos aparentando ser de “talla única”, cuando en realidad no asumen una posición clara frente a las ideas fundamentales del desarrollo económico.
En la realidad económica actual, solo existen tres modelos principales: el mercantilismo de izquierda (vinculado al socialismo), el mercantilismo de derecha (ligado a la autocracia), y la economía de mercado, que rechaza cualquier forma de mercantilismo. Los mercantilistas, ya sean de izquierda o derecha, distorsionan el mercado en beneficio propio: los de derecha mediante su poder económico; los de izquierda, a través del control estatal de la economía.
El mercantilismo de izquierda es estatista porque busca controlar un Estado con poder económico, mientras que el mercantilismo de derecha tiende a ser autocrático, impidiendo que se corrijan distorsiones en el mercado como los monopolios. Ambos modelos priorizan el interés de unos pocos sobre el bienestar general.
En cambio, la economía de mercado procura reducir esas distorsiones y ampliar el acceso equitativo a los derechos humanos mediante la competencia justa. En este sistema, todos los ciudadanos pueden participar en un entorno donde las oportunidades no están determinadas por el poder del Estado ni por el privilegio económico, sino por el esfuerzo, la innovación y el mérito.
Señores empresarios, es esencial que defiendan la economía de mercado como base de un sistema justo, eficiente y sostenible. No hacerlo es abrir las puertas al deterioro de la gobernabilidad, la libertad económica y la democracia.
Atentamente,
Jaime Miranda Sousa Díaz
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.