ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Carrousel de ineptos, presuntos corruptos y demás, en el gobierno de Castillo

Imagen
Fecha Publicación: 14/11/2022 - 23:40
Escucha esta nota

Un récord, vergonzoso como otros que viene acumulando Pedro Castillo en apenas quince meses de asumir el cargo de presidente de la República –el que sin duda no honra- es el de acumular cerca de ochenta cambios ministeriales, es decir, cambiar un ministro casi cada seis días.
No solo ha decidido tener ya cuatro presidentes del Consejo de Ministros y, por tanto, transitar cuatro veces por el mecanismo constitucional (art. 130) referido a exponer y debatir ante el Congreso la política general del gobierno y solicitar el voto de confianza del Poder Legislativo, sino que ha llegado al extremo de haber tenido siete titulares del Ministerio del Interior, cinco de Defensa Nacional, cuatro en Salud, cuatro cambios ministeriales en Relaciones Exteriores y tres en Economía y Finanzas, por solo citar los ministerios a cargo de sectores más importantes del país.
Pese a que la decisión de Castillo de imponer tamaña motilidad ministerial es desde ya un desmentido a la afirmación oficial de que el Congreso de la República obstruye al Poder Ejecutivo, sumado a que hasta la fecha solo cinco de los casi ochenta cambios ministeriales se han debido a censura de los ministros, si se analizan las causas de tanto cambio ministerial y por supuesto de las censuras, aquellos y éstas se refieren principalmente a defectos en la capacidad técnica y en la calidad moral (rayana incluso en la responsabilidad penal) de los miembros del gabinete.
Como si tal situación no fuera suficiente por sí misma, como demostrativa de inestabilidad política y de honda irresponsabilidad e impericia del dudoso titular de una maestría y más que presunto cabecilla de una organización criminal enquistada en el Poder Ejecutivo, sucede que buena parte de los ministros y altos funcionarios sacados del cargo, hasta con escándalo mediático, resultan rotados a otros altos puestos, incluso ministeriales.
Lo más preocupante no es que se trate de que el Poder Ejecutivo en manos del mal chotano no tenga posibilidad de convocar a personas capaces y decentes, que bien sabemos siempre las hay también ingenuas, como el reciente vapuleado canciller, que creyó que podía hacer valer su calidad personal y profesional y terminó prontamente expulsado del círculo de poder. Se trata, sobre todo, de una abierta y desafiante actitud de quien sabiéndose protegido por una costra de incondicionales en el Congreso de la República, en número suficiente para impedir la vacancia presidencial, insiste en designar cómplices de un claro plan para enriquecerse cometiendo fechorías en la administración de los fondos públicos.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.