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Cambio en los usos de la guerra

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Fecha Publicación: 21/09/2024 - 23:00
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Sin bombos ni platillos; sin fanfarrias ni jactancias, la semana pasada el mundo asistió a lo que, sin la menor duda, vendría a ser un inimaginable cambio en el escenario bélico internacional.

Habituado como estaba usted hasta la víspera, amable lector, a que las guerras convencionales se desarrollaran a través de ejércitos provistos de armamento y/o equipos de combate —cada vez más modernos y alambicados—, de pronto nos enteramos de que podrían dejar de volar sofisticados aviones y modernos drones; así como de cesar de surcar los cielos misiles disparados desde potentes portaaviones y/o naves de guerra de menor calado; o que no retumben los estruendosos disparos de cañones tradicionales, o exploten bombas lanzadas desde tanques.

Esta vez, frente a una población israelí acostumbrada a que siempre mueran hombres, mujeres y niños, integrantes de la guerrilla Hezbollah, acusados de terrorismo, Tel Aviv daba muestras de atemperar su sed de venganza con los inocentes.

Porque, en esta oportunidad, el ataque israelí contra Hezbollah fue ocasionado por un conjunto de artefactos antes inofensivos —conocidos como “buscapersonas”—, precisamente de uso común en el mundo civil hasta antes de la llegada masiva de los teléfonos móviles inteligentes.

Es más, aquellos otrora “inofensivos buscapersonas” —reestrenados la semana pasada— explotaron solo en manos de los miembros de la guerrilla antisemita, sin herir a quienes no tuvieron participación militar alguna.

El mundo quedó atónito. Paulatinamente, se conoció que aquello respondía a una “guerra científica, quirúrgica”, planeada por Israel como arma defensiva contra sus enemigos, entre ellos el grupo antisemita Hezbollah. ¡No contra el antisemitismo per se! ¡Israel ideó este mecanismo precisamente para no causar daños a los palestinos civiles! Hasta antes de conocerse esta nueva modalidad bélica, todos los conflictos en el mundo estaban regidos por las reglas básicas del combate, apelando incluso a la amenaza del uso de arsenales atómicos para neutralizar las coyunturas.

Pero, a partir de ahora, el arma sorpresiva —inaugurada por Israel— ha cambiado radicalmente el rumbo de la historia. Desde hoy, los ataques a personajes —cuya eliminación estuviera destinada a quitarles la vida a uno o más de ellos— no deberán involucrar a personas inocentes que se encuentren en los alrededores. ¡Un cambio revolucionario de rumbo en el campo bélico!

Según The Wall Street Journal, a través del Mossad —su aparato de inteligencia—, los israelíes ubicaron a la cadena proveedora de “buscapersonas”. Resultó ser un meollo de opacas empresas individuales ubicadas mayormente en Europa oriental y Asia.

¡Pero Tel Aviv quería conocer a quienes estuvieran a cargo de la producción, venta y distribución de esos equipos en vía de extinción, descubriendo que mayormente era gente sin experiencia en la industria de telecomunicaciones! Incluso anteriormente, Hezbollah y otros grupos antisemitas comercializaban estos equipos para solventar las sanciones que les imponía EE. UU.

Protegido por su servicio de inteligencia, Israel intervino y secuestró la cadena de producción de aquellos “buscapersonas”, cargando sus baterías con explosivos que después haría detonar de forma remota y puntual. Esta extraordinaria táctica muy probablemente cambie en adelante los usos de la guerra.

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