Cambio de temporada
Apenas son pequeñas gotas gordas cubiertas con esa tersa brillante cáscara de un verde que puede hacerme escribir verde sobre espejo húmedo, comparación que no perdería validez si manteniendo brillo húmedo cambio espejo por porcelana que le daría un toque algo más cálido y se acercaría al verde de las hojas que forman esa oquedad en que las pequeñas gotas sólidas cambiarán su verde liviano por el rojo de la madurez que marca el término y comienzo de dos momentos en la vida de la Sakura, la cereza japonesa. Perderá sus hojas y regresará a ser esa estructura leñosa que esperará hasta la próxima primavera para empezar el ciclo de floración que en Japón es motivo de paseos familiares y amicales para disfrutar del Hanami, la contemplación, de las sutilezas del color y levedad de esta flor del árbol que tiene partida de nacimiento en China y en el siglo XII llega a Japón donde toma carta de ciudadanía y es hoy uno de sus símbolos nacionales. Contemplación que es también motivo en el disfrute del ikebana, y el bonsai, celebraciones que el espíritu y el pensamiento japonés mantienen como arte tradicional nacional japonés y testimonio de una civilización y cultura que llegaron al Perú el 3 de abril de 1899 cuando en el Callao atracó el Sakura Maru, barco que trajo al primer grupo de inmigrantes japoneses hoy tienen una descendencia estimada de 200,000 nuevos peruanos integrados al país como fuerza de trabajo y cultura.
Tomamos la sakura para esta Crónica por su belleza y por los significados que le han otorgado, el de la larga vida, la renovación y un nuevo comienzo. Temas que queremos lleguen al Perú con una verdadera renovación, con el cambio y el nuevo comienzo que nos traiga no la esperanza si una realidad de bonanza, prosperidad, recuperación de valores. Un momento de tener confianza en quien con criterio dirige el rumbo. Un momento en que, sin olvidar las causas y sus autores, podamos dejar atrás estos ya largos momentos de zozobra, de inequidad violenta, de frustraciones, de pérdida de calidad humana, de recursos naturales, que trajeron modos de vida sin la sutileza ni belleza que ofrece la sakura, la cereza de Japón que florea en marzo anunciado la llegada de la primavera. Aquí empezó su rito anual de floración a finales de agosto, pero no fue para motivar el goce de la contemplación si para tomar conciencia y decisión de ser nuevamente esa fuerza que creo todas esas maravillas que usamos en papel cuché para generar papel moneda y no razonamos cómo crearon esas maravillas de las que somos nosotros quienes debemos valorar sostener y tomarlas de enseñanza.
coresycalana@ hotmail.com
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