Cada vez más huérfanos en la protección de nuestros datos personales
La denuncia de una ciudadana que ha pasado desapercibida estos días por la coyuntura política y los certámenes futbolísticos que acaparan titulares en los medios de prensa, debiera ponernos a todos los pelos de punta y encender las alarmas de la Superintendencia de Banca y Seguros, que vigila e inspecciona a los bancos, financieras y cooperativas, entre otras entidades, y de la Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales (ANPDP) del Ministerio de Justicia. Me refiero a la denuncia hecha pública a través del noticiero 24 horas de Panamericana Televisión, de una enfermera del Hospital Naval que protesta porque se haya expedido una tarjeta de crédito afiliada a una cuenta bancaria en la Financiera OH sin su consentimiento, sin solicitarlo y haberse vulnerado sus datos personales y usurpado su identidad, utilizando dicha cuenta para hacer depósitos y transferencias de dinero producto de más de una estafa.
Lo más escandaloso fue la formalidad utilizada para la expedición de la tarjeta que fue de manera virtual, procedimiento que entendemos fue parte de los cambios que nos dejó la nueva normalidad a causa de la pandemia del COVID-19, pero cae de maduro que las entidades crediticias están obligadas a extremar las medidas de seguridad para certificar en línea que están frente a la persona que dice ser, para eso existe por ejemplo la biometría facial, que es una herramienta de identificación que detecta los rasgos del rostro del ciudadano inscrito en el Reniec y descarta que se pretenda usar una foto o video y no la imagen en tiempo real, capturando la cara y el entorno de quien tramita la tarjeta y cuenta. La herramienta del biométrico, de no hallar coincidencias faciales del ciudadano con el del Registro Nacional de Identificación del Perú, descarta la operación. La agraviada denuncia que a Financiera OH, al parecer, solo le bastaron los datos del documento nacional de identidad y un correo electrónico, el que cualquiera puede crear.
Así, de forma exprés, sin su consentimiento, se usurpó la identidad de la enfermera y se cometieron delitos estafando a la gente con falsos casos de familiares enfermos, existiendo más de una denuncia en contra de esta ante la Policía Nacional, perjudicando su buena imagen y reputación, que es un Derecho Fundamental de las personas.
En cuanto a la financiera, solo se ha limitado a decir en un breve comunicado que todo está en investigación y que por prevención han bloqueado la cuenta; la verdad hubiese sido injustificable que no lo hicieran. La PNP ha asentado la denuncia de la enfermera por suplantación de identidad, desconociéndose el avance de las investigaciones, pero hecho público el caso que desnuda ¡cuán expuestos estamos los peruanos en el uso ilegal de nuestros datos personales! Me pregunto, ¿y el pronunciamiento de la SBS y de la Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales?, ¿qué medidas se han adoptado para fiscalizar a la financiera y los correctivos a futuro para prevenir que se repitan en esta y otras entidades?
¡Qué! ¿Acaso la defensa y la carga de la prueba recae en la agraviada? Sería el colmo. Además, hay un daño moral que debe resarcirse, indemnizarse, a ella como principal víctima y demás agraviados por las estafas que se perpetraron. Este caso debe ser un parteaguas en el uso ilegal de datos personales. Las sanciones que dispongan las autoridades administrativas y, en su caso, operadores de justicia deben ser ejemplarizadoras.
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