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Buscando salidas políticas

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Fecha Publicación: 12/06/2022 - 22:55
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Las últimas semanas varios políticos y académicos de oposición se han esmerado en proponer salidas políticas a la crisis que vive el país como consecuencia del asalto al Estado de varias bandas criminales, que están hundiendo al país en un abismo insondable. Desgraciadamente, ninguna de esas propuestas parece que resolvería la crisis.

La más obvia es la vacancia de Pedro Castillo y la de Dina Boluarte (o cualquier variante como una acusación constitucional). Ahí se abren varias posibilidades, cada una problemática. El reemplazo sería, como establece la Constitución, el presidente del Congreso. En este caso, Maricarmen Alva, que no parece ser una mala persona, pero que sin duda no estaría a la altura de la enorme responsabilidad de conducir un gobierno que restaure el orden, expulse a los cientos o miles de forajidos que han ocupado el Estado y los reemplace con gente competente y honesta, atendiendo los gravísimos problemas que amenazan a los peruanos –desempleo, hambre, fuga de capitales, inseguridad, etc.-.

Tendría que hacer todo esto sin un partido –obviamente no puede ser AP- y sin un equipo, negociando con varios grupos políticos, algunos de ellos delincuenciales y otros claramente incompetentes.

Y no se trata solo de asumir esas tareas hercúleas, sino limpiar la maquinaria que permitió el fraude electoral el 2021 y atrapar a los cabecillas -y sus cómplices- que han saqueado el país, no solo desde que Castillo y su gavilla se encaramaron en el gobierno, sino desde que la coalición vizcarrista, liderada por el Lagarto, que sigue impune, impusieron cambios desastrosos que condujeron adonde ahora estamos.

Otra posibilidad es que no sea Alva sino el próximo presidente del Congreso el que lidere ese proceso. No se sabe quién será, puede ser mejor o peor. Por ejemplo, se conoce que César Acuña quiere imponer a Eduardo Salhuana, que sería cabecilla de una mafia en Madre de Dios, según denunció Beto Ortiz en Willax. Como he señalado antes, en este gobierno se han coaligado varias bandas regionales corruptas que han prosperado en las últimas dos décadas con la descentralización y el canon.

Dicho sea de paso, esas bandas van a seguir gobernando la mayoría de las regiones después de las elecciones de octubre. No hay nadie que pueda desbancarlas.

Las otras opciones que se discuten es si las elecciones serían solo para presidente y vicepresidentes o también incluiría el Congreso. El primer caso sería peor, con la permanencia de un Parlamento que tiene muchísimos congresistas notoriamente corruptos. Pero la otra no sería mucho mejor, porque con las normas actuales y el entramado político señalado, probablemente se repetiría algo similar.
Repito entonces: “el Perú está atado por un nudo gordiano, que no puede ser sencillamente desatado ni siquiera con una alternativa política -que por ahora parece incluso inalcanzable-, como la vacancia, sino que requiere ser cortado de un tajo como hizo Alejandro en la famosa leyenda”. (“El nudo peruano”, 4/4/22).