Boric amenaza al Perú

Nada más ruin que utilizar las necesidades básicas de las personas, peor aún de niños y mujeres, para lograr objetivos políticos. Sin duda, quienes adhieren a la ideología marxista y su lógica del odio como razón, tienen la frialdad necesaria para ver a los seres humanos no con la dignidad que es inherente a su naturaleza sino como pieza, desechable, del engranaje de la maquinaria que toda burocracia estatista se atribuye dominar y disponer a su antojo para bien de ella pero para desgracia de las mayorías.

La administración pública chilena, capturada por el marxismo hace apenas un año, ha dispuesto expulsar de su territorio a cientos, miles, de inmigrantes llegados hace ya varios años principalmente desde Venezuela y que han permanecido en su territorio aparentemente sin regularizar su condición migratoria. Con evidente auspicio estatal chileno, tales personas se han volcado –¡oh casualidad!– a la frontera que el país sureño tiene con Perú, Tacna, generando una crisis humanitaria que la comunidad internacional y las ongs presuntamente dedicadas a la protección de los derechos humanos deberían ya denunciar y exigir a Chile su inmediata reversión.

En esta mala acción el gobierno chileno se ha coludido con otros marxistas enquistados en organismos internacionales como el ACNUR, agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, y han pretendido que el Perú admita el ingreso de personas que estaban residiendo en Chile bajo el argumento de que ellos solo estarán de paso hacia sus países de origen (Venezuela y Colombia) en el norte de América del Sur y en el Caribe (Haití).

Tremenda engañifa, de inicio ofensiva para el Perú, ya que basta solo con revisar el mapa de Sudamérica para darse cuenta que el camino más corto para llegar a Colombia y Venezuela desde Chile no pasa en modo alguno por Perú sino directamente por Bolivia y Brasil, países que si bien también son soberanos y merecen respeto, da la casualidad que actualmente tienen administraciones a cargo de políticos marxistas y hacen parte con Chile del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla.

Hace bien el gobierno de la señora D. Boluarte en desmarcarse de lo que podría ser una traición hacia los intereses del Perú e impedir que el marxista Boric se salga con la suya y logre que ingresen a territorio peruano personas que el país sureño debería, en todo caso dada su sociedad política con los regímenes de Maduro y Petro, facilitar su traslado directo –sea por vía terrestre o aérea– a su lugar de origen.

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