Boomerang electoral
Basta analizar las formas en que han hecho campaña cada uno de los partidos involucrados en esta contienda para proyectar el tipo de gobierno que harían de llegar al poder, por un lado el Fujimorismo nos ha hecho recordar la mentira, la perfidia, la falsificación, la corrupción y la maldad con que actuaron en los 90, sacando cuanto mensaje falso se les ha ocurrido y presentándolo como hecho por el partido contendor; y del otro lado, a un Comunismo que pareciera estar en contra de su candidato por la obsesión con que han amenazado quitarle todo a los ricos y ejecutar medidas que han fracasado en los países que fueron comunistas.
Pero en ambos casos, lo que ha primado es una lucha de pasiones antes que la fuerza de la razón y la defensa superior de las ideas, unos insultando a otros de “terrucos” y “movadefianos” y metiendo en el mismo saco a Pedro Castillo invitado por Perú Libre tres días antes del cierre de las inscripciones de las planchas presidenciales, y los otros haciendo recibimientos agresivos de palabra y obra contra Keiko Fujimori en algunos lugares del Perú.
La piedra enarbolada por Fujimori en el debate final como símbolo de la violencia de los contendores, sólo pretendió ocultar las piedras amorales y psicosociales que llovieron desde su partido.
Nunca he visto que se insulte, humille, veje, denigre, ridiculice y satanice tanto a un candidato falsamente, como lo han hecho con Pedro Castillo, al extremo de propiciar carteles como: “Nunca me gobernará un serrano”, aunque todos los ataques no hayan venido de la tienda naranja, sino de una población más aterrada con que le quiten sus bienes que la Democracia.
Tanto los que votan por Fujimori por defender la Democracia como los que votan por Castillo por no votar por la corrupción, están en un serio error, porque ni el Fujimorismo garantiza vivir en Democracia, ni el Comunismo un gobierno sin corrupción. Ambas son falacias políticas y frases armadas de campaña electoral, más aún con los antecedentes dictatoriales del Fujimorismo y de los partidos comunistas en todo el mundo sumidos en corrupción.
La lucha de pasiones no les ha permitido ver el efecto de publicar toda clase de calumnias contra Castillo, quien no es comunista, y el pueblo lo sabe, por lo cual se les volverán como boomerangs de votos por el contendor, y ni el fraude anunciado podrá revertir el marcador.
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