Boluarte, converse con Trump

El conocido economista John Kenneth Galbraith afirmó: “La seguridad es la primera condición para la prosperidad económica”. Y es que sin la estabilidad que ofrece la seguridad, los negocios no pueden florecer, los niños no pueden estudiar ni alternar, y las familias viven en constante tensión.
Donald Trump anunció la “Operación Aurora” a nivel federal. Básicamente, se trata de deportar a migrantes irregulares e ilegales asociados al sanguinario grupo venezolano Tren de Aragua. El Donald anunció que, de alcanzar la presidencia, aplicará duras medidas contra esa banda criminal transnacional. La operación lleva el nombre de la ciudad de Aurora, Colorado, una de las más golpeadas e inseguras.
Aurora sufre los mismos problemas de ciudades como Lima, Trujillo y otras, aterrorizadas por este mismo grupo, que se ha extendido causando estragos, violencia y aberrantes delitos.
El anuncio de Trump y su firmeza han sido vistos como un reflejo del enfoque que el expresidente promueve en su discurso, con énfasis en la ley y el orden. “La libertad no es algo que se pueda conceder; la libertad se toma. Y la seguridad es esencial para protegerla”, dijo alguna vez Franklin D. Roosevelt, subrayando cómo una nación fuerte depende de la seguridad como base del bienestar y la supervivencia en el tiempo.
El impacto de su política tiene implicaciones directas en la vida de las personas. La firmeza en la aplicación de su propuesta erradicará la inseguridad de las ciudades, generará tranquilidad emocional y prosperidad económica.
Este enfoque debería inspirar a la presidenta Dina Boluarte, porque en Lima y otras ciudades la violencia ya se desbordó por distintas bandas criminales, la peor de ellas el Tren de Aragua. Está demostrado que la mano dura es efectiva, y al Perú no le queda más que seguir un camino similar, restaurando el control y garantizando el bienestar de los ciudadanos.
Trump ha desarrollado su estrategia basándose en la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que le brinda facultades al presidente para capturar y deportar a no ciudadanos en caso de guerra declarada o de una “invasión” o “incursión depredadora”. Así desmantelará toda “red criminal de inmigrantes ilegales que opere en suelo estadounidense”, sin violar la Constitución.
Los republicanos advirtieron en los últimos años que la administración Biden-Harris facilitó el ingreso de este tipo de gente por la frontera sur, y luego estos actuaron contra los estadounidenses y el país. El Tren de Aragua ha desatado una inseguridad sin precedentes en ocho estados en suelo norteamericano, siguiendo instrucciones dictadas por la Venezuela de Maduro.
La crisis de criminalidad que afecta a Colorado, un estado tradicionalmente demócrata, se está inclinando a apoyar la firmeza del republicano. Trump está decidido a devolverle a Estados Unidos la seguridad, la religión a las escuelas y a reconquistar el respeto y la admiración por la democracia más fuerte y larga del planeta.
La presidenta Boluarte haría bien en conversar un rato con Trump para animarse a ajustarse los pantalones, bueno, las faldas.

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