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Bocanada de esperanza con estudiante como el de Piura

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Fecha Publicación: 21/06/2025 - 22:40
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En medio de la desconfianza hacia la clase política y autoridades de turno de parte de la gran mayoría de peruanos, entre los que me incluyo, en medio de la incertidumbre sobre el futuro del país, del no tener predictibilidad de cómo llegaremos a julio del 2026, de quién o quiénes dirigirán los destinos de la Nación, si la institucionalidad, base de toda democracia, en mi opinión, se encuentra seriamente resquebrajada, con partidos políticos (salvo excepciones, pero esto no anula la regla), compuestos fundamentalmente por tránsfugas, sin ideologías ni ideario, con un Sistema de Justicia, con todo respeto, paquidérmico, y del uso, a mi parecer indiscriminado, de una serie de Acusaciones Constitucionales, los llamados “juicios políticos”, en sede del Congreso, ¿o tal vez deberíamos llamar ajusticiamiento político?, para los adversarios o autoridades incómodas, donde el único argumento que parece imponerse no es el jurídico, sino el de la fuerza de los votos, donde se hace uso del arma letal de la “Inhabilitación” por la máxima sanción de 10 años para ejercer cargo público o trabajar para el Estado, una especie de interdicción civil de derechos políticos, pena reservada a graves casos de infracción a la Constitución, que ni siquiera el Poder Judicial tiene por criterio aplicar —me refiero a los 10 años—, los magistrados apelan, como debe ser, a la gradualidad de la pena en concordancia con los hechos cuestionados y los antecedentes del infractor.
En medio de este panorama, una bocanada de esperanza de que hay futuro para el Perú provino de nuestro sufrido norte, de Piura, y nada menos que de una institución educativa, “Ignacio Merino”, que parece ir por el camino correcto de fomentar en los niños y adolescentes el pensamiento crítico, que no es otra cosa que la habilidad de reflexionar, analizar, valorar la información que se les da, dudar, cuestionar si esta es digna de crédito, formarse su propio juicio a fin de tomar decisiones en la vida de forma racional, no llevados de las narices.
Así las cosas, en una actividad oficial de la jefa de Estado, Dina Boluarte, a propósito del acto protocolar de la inauguración de nueva infraestructura de dicha institución, con ella presente, su incondicional ministro de Educación, Morgan Quero, entre otras autoridades y de cara a la comunidad estudiantil, un alumno de quinto año de secundaria, a la sazón “Alcalde Escolar” —cargo honorífico que resulta de la elección de los propios escolares, lo que significa que el adolescente cuenta con liderazgo y simpatía entre sus compañeros—, habiendo tomado la determinación de no leer el discurso —es de imaginarse lleno de loas a la mandataria— preparado por su avanzada, se decidió por uno preparado por él y su familia, en sintonía con la realidad nacional, y sin caer en la diatriba o en frases chabacanas, con toda educación, como debemos tratarnos entre peruanos, le hizo la exhortación a la presidenta y su comitiva a no ignorar “la creciente desconfianza que genera la política actual”, a mirar más allá de los discursos y a oír la voz de la población, además de pedirle reflexión sobre “los impactos de sus decisiones en el país”.
Este adolescente, en pocas palabras, les dijo sin anestesia a quienes nos gobiernan lo que sentimos y esperamos los ciudadanos. Urgente, fomentemos el pensamiento crítico de nuestros estudiantes, sobre todo en medio de la era digital y de las fake news, a fin de reflexionar que no todo es lo que parece. Preparemos mejores ciudadanos y mejores electores.

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