Blindaje a la fiscal lagarta
Debajo de esa insufrible blusa amarilla brotan las escamas. Con la misma prenda la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos ha desfilado por varios de sus medios amigos, victimizándose al argumentar que el Parlamento quiere ajusticiarla, cuando ella, ¡vaya cuajo!, no habría hecho nada malo.
Lo cierto, sin embargo, es que Ávalos incumplió con sus funciones como titular del Ministerio Público: abrió sendas investigaciones contra Martín Vizcarra y Pedro Castillo, pero luego las suspendió hasta que culminen sus mandatos. En simple, protegió a este par de aspirantes a tiranos, pese al rosario de denuncias por corrupción.
La relación de Zoraida Ávalos con el lagarto Vizcarra, según reveló Karem Roca, era más que cómplice. Roca contó que el vacado exmandatario le enseñó su celular con las llamadas que intercambiaba con la fiscal suprema. En aquel momento, Martín Vizcarra se hallaba en el ojo de la tormenta por haber beneficiado al payaso Richard Swing con contratos en el Ministerio de Cultura. Pero nada le pasó porque su lagarta amiga (son los dos del mismo pozo) lo blindó.
En cuanto a Pedro Castillo, a Zoraida Ávalos no le interesó las reuniones clandestinas en Sarratea, las revelaciones de la colaboradora Karelim López sobre una supuesta organización criminal encabezada por Castillo, los 20 mil dólares encontrados en el baño de Bruno Pacheco, ni las denuncias por los ascensos en las Fuerzas Armadas y Policía. Ella insistió en que un presidente en funciones no podía ser indagado. Tuvo que llegar la fiscal Patricia Benavides para interpretar correctamente la ley y acabar con la impunidad.
Es, precisamente, por la protección al hoy inquilino del penal de Barbadillo que Ávalos afronta una denuncia constitucional y su posible inhabilitación por 5 años para ejercer la función pública en el Congreso.Como era de esperarse el caviaraje inició una desesperada operación de salvataje, siendo el colofón un nefasto documento emitido por la Junta Nacional de Justicia, entidad creada por el lagarto, en donde, inmiscuyéndose en otro poder del Estado, pidió a los parlamentarios que reflexionen sobre el caso de la exfiscal de la Nación.
Y, mientras Zoraida Ávalos negociaba apoyos de los congresistas, al fujimorista Ernesto Bustamante no se le ocurre mejor idea que enfermarse, con lo que la sesión plenaria en la que se iba a definir el destino de Ávalos fue suspendida hasta nuevo aviso. Fuerza Popular pactó bajo la mesa con el partido del comunista Vladimir Cerrón para elegir al felpudo Josué Gutiérrez como defensor del Pueblo, así que no sería extraño que esta agrupación política, cuya lideresa afronta una acusación por lavado de activos, pretenda obtener algo a cambio de no procesar a Ávalos, quien, como fiscal suprema, todavía tiene mucho poder.
Es lamentable que, pese a lo antes descrito, además de los diplomas truchos y una designación que se habría dado por obra y gracia de José Luis Cavassa, Zoraida Ávalos pueda salvarse de ser expectorada del MP. De ocurrir, sería una raya más al tigre para una Representación Nacional que se ha vuelto un obstáculo para la democracia.
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