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¡Basta de trabajo “virtual”, congresistas!

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Fecha Publicación: 27/01/2025 - 23:00
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Probablemente seamos la única nación en la tierra que permanece con el “trabajo remoto” desde aquel 30 de enero de 2020 —¡hace cinco años!—, cuando la Organización Mundial de la Salud declarara la emergencia de Salud Pública Internacional por la enfermedad del COVID-19. Condición que se mantuvo intacta hasta el 5 de mayo de 2023. ¡Desde entonces, han transcurrido cinco años! No obstante, el Perú continúa manteniendo la suspensión de la obligatoriedad para que TODOS los trabajadores —a nivel nacional— asistan a sus centros laborales, empezando por los burócratas y políticos-burócratas. ¡Ejemplo en los países avanzados, los parlamentarios están prohibidos de autolicenciarse! Allá sientan ejemplo asistiendo a sus labores, llueva o truene.
Pero las autoridades peruanas trabajan, precisamente, haciendo lo contrario a lo que hacen los gobernantes de naciones avanzadas, donde fomentan el éxito que sólo llega de la mano del esfuerzo en el trabajo; no el confort ni el ocio, que, seguro, conducen al fracaso. Eso viene sucediendo en la sociedad peruana, donde nuestras autoridades practican la autodestrucción. Acá a quien trabaje se le denomina tonto, y al ocioso, cunda. ¡Esta es otra triste realidad del peruano!
No obstante, nos damos el lujo de mostrarnos como país ultra avanzado, operando bajo la estafa llamada “trabajo remoto”. Cuando resulta injustificable e ilegal que los ciudadanos desarrollen sus tareas sin apelar al esfuerzo, la dedicación y la eficiencia. Un ejemplo: en este Congreso se privilegia a los profesionales del ocio; también a los que institucionalizan la vagancia; y a quienes garantizan la ineptitud que conduce al fracaso. Paradigmas de este vicio son muchos congresistas que, aún cobrando sucesivos aumentos de sueldo, desde enero de 2020 “trabajan” vía teléfono celular.
Ocurre igual con los días feriados. ¡Somos el país con mayor número de festivos en el planeta entero! Vale decir, aplaudimos gustosos cualquier motivo que convalide la voluntad de los gobernantes para mantenernos en este lodazal del fracaso, de la miseria y, como consecuencia, del atraso tercermundista. Allí apunta el propósito de las izquierdas, que no es otro que garantizar la holgazanería para evitar que el Perú progrese. De esta manera, la izquierda continúa condenando a Juan Pueblo a que permanezca anclado al atraso, hacia donde continuamos apuntando desde que los rojos se catapultaron al poder con Ollanta Humala. Y quienes los sucedieron aún continúan consolidando esta tara infernal para nuestra patria, aunque muy lucrativa para las oligarquías izquierdistas.
La institucionalización del ocio favorece a nuestra degradada casta política. Tanto, que el otrora abarrotado salón de sesiones del Congreso es, hoy, un páramo donde la mayoría de escaños están vacíos, pues los legisladores (a cada uno usted le paga medio millón de soles anuales por NO trabajar) “debaten” desde su casa —o donde fuere— temas trascendentes para usted. La mayoría de ellos “asiste” virtualmente al Congreso, sólo para repetir discursos estériles, ridículos y antojadizos, interviniendo cómodamente desde donde se propongan vía sus teléfonos celulares. Basta de tantos congresistas comechados. ¡Acabemos con el “trabajo virtual”! ¡Trabajen doce horas diariamente! ¡Como lo hace Juan Pueblo!

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